Política y Economía
¿Se terminó la crisis?

Sin control: advierten que la inflación alcanzará el 30 por ciento este año, a pesar del ajuste

Lo hizo Aldo Pignanelli, referente del equipo económico del Frente Renovador. Dijo que la situación está “desmadrada” y que el Gobierno “quema las naves” al acercarse al FMI.

El referente del equipo económico del Frente Renovador, Aldo Pignanelli, lanzó hoy una dura advertencia al gobierno de Mauricio Macri, a la vez que auguró que la inflación totalizará un salto de 30 puntos en todo el año.

Sin medias tintas, Pignanelli habló de un “fracaso” y de un “desmadre” en cuanto a la política económica de Cambiemos, y advirtió que “la verdad es que hoy el Gobierno no tiene ni la menor idea de dónde está parado y cómo solucionarlo”. “Hoy por hoy la economía argentina está en una situación anárquica, desmadrada”, analizó.

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Respecto del acercamiento al Fondo Monetario Internacional, el economista afín a Sergio Massa opinó que obligará al Gobierno a “tener un plan” y que el país “va a tener una etapa de ajuste muy fuerte”.

“Un gobierno que recurre al FMI está quemando las naves. Ningún país es feliz yendo al Fondo. Y menos aún lo promociona como algo exitoso”, observó el especialista, que relativizó los diagnósticos del Gobierno en torno al “fin de la crisis”. “En cualquier lugar del mundo, si un país tiene  tasas al 40 por ciento, una inflación que va a llegar al 30 por ciento, con una caída en la actividad económica y una devaluación como la reciente,  nadie sería capaz de pensar que se salió bien de una crisis”, remarcó.

Con esos indicadores, se animó a anticipar una inflación que pasará de “22 o 23” puntos, a una que “puede llegar a 30 por ciento”. “Solo en lo que va del año tenemos una inflación acumulada del 12 por ciento, a lo que debe sumarse lo de las tarifas.  Muchísimos tienen que optar entre pagar los servicios o poder comer. Eso es una locura”, se indignó

“Un político argentino dijo una vez que la deuda debía pagarse con sangre, sudor y lágrimas. El tema se repite, pero el problema es que la sangre, el sudor y las lágrimas será de los trabajadores.  Debemos unirnos para  sacar esto adelante”, concluyó.

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