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El drama de las adicciones: una madre ató a su hija a la cama para que dejara de drogarse

A pesar de la drástica decisión, Paula logró escapar y Susana le pide ayuda a la Justicia para internar a la mujer de 30 años, quien sufre adicción a la cocaína desde hace diez.

Paula Cipriano tiene 30 años y desde hace diez es adicta a la cocaína. Comenzó a consumirla pocos años después de alcanzar la mayoría de edad y la situación se agravó durante el último tiempo, cuando empezó a fumarla.

A raíz del visible estado de deterioro de la joven y llevada por la desesperación, su madre Susana Chiramberro tomó la drástica decisión de atarla a su cama y encerrarla para intentar que dejara de drogarse.

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Sin embargo, Paula logró escapar y la vecina marplatense le pide ayuda a la Justicia para poder internarla, ya que si bien se mantuvo alrededor de siete meses sin consumir tras acercarse a una Iglesia Evangélica, luego recayó.

“Se habrá ido a las villas, adonde va a comprar droga, y en unos días volverá”, expresó Susana en diálogo con el medio local 0223. “La anteúltima vez que volvió estaba como loca, queriendo pegarle a la gente. Otras veces la tenemos que entrar porque la encuentran tirada por ahí”, aseguró.

Ante esta situación, el presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, Claudio Izaguirre, difundió un video donde queda en evidencia el preocupante estado físico y mental de Paula.

“La última internación fue infructuosa debido a que la afectada esgrimió su mayoría de edad para darse el alta a sí misma, apelando al articulado de la ley de Salud Mental que el kirchnerismo armó y que ya cuenta con varios centenares de muertos en su haber”, destacó el referente.

Y agregó que “la joven afectada no está en condiciones de manejarse por sí sola y su estado de deterioro desnuda el trato inhumano que el Estado le da a este tipo de enfermos dejándolos a la buena de Dios”.

“La falta de respuesta por parte de SEDRONAR y la Subsecretaría de Adicciones de la Provincia de Buenos Aires obliga a los familiares de estas personas afectadas por las drogas a asistirlos como pueden y esperar con resignación su pronta muerte”, prosiguió.

Y culminó: “Nos hemos convertido en verdaderos animales primarios que, lejos de brindar cobijo, hacemos desaparecer cualquier acción humanitaria en pos de una supuesta libertad de elegir que tienen los afectados como Paula".

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