Radiografía #8

La deuda de la política: las mujeres, en abrumadora minoría en los tres poderes de la Provincia

A pesar de que la igualdad de género se instaló en la agenda pública como un reclamo justo, la propia política acumula una enorme deuda para con las mujeres, que aparecen relegadas en cargos partidarios y dentro del Estado.
  • Por Eduardo Médici

A pesar de que la igualdad de género se instaló en la agenda pública como un reclamo justo y urgente, la propia política acumula una enorme deuda para con las mujeres, que aparecen relegadas en cargos partidarios y dentro del Estado. La radiografia revela que hay una mujer entre 19 ministros, 4 intendentas entre 135 y que a pesar de las leyes de paridad existe todavía una enorme desproporción en la Legislatura y en la Justicia.

Si bien los destinos de la Provincia están manejados por una mujer –la gobernadora, María Eugenia Vidal-, la política sigue siendo de manera abrumadora un campo dominado por varones. De hecho, en la primera línea del Gabinete bonaerense hay sólo una mujer –María Fernanda Inza, secretaria Legal y Técnica-, entre 19 funcionarios con rango de ministro.

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La situación se replica en las intendencias: de un total de 135 sillones, sólo cuatro están ocupados por mujeres: el 3 por ciento. Estas son Fernanda Antijevic, de Baradero (Cambiemos); Verónica Magario, de La Matanza (FPV); Érica Revilla, de General Arenales (Cambiemos), y Sandra Mayol, de Monte (Frente Renovador).

Supo haber más: hasta hace pocos meses, Marisa Fassi gobernaba Cañuelas y Carolina Biroulet hacía lo propio en Presidente Perón. Ambas fueron Jefas Comunales interinas en reemplazo de sus esposos, Gustavo Arrieta y Aníbal Regueiro, y perdieron sus lugares cuando expiraron los mandatos legislativos de sus maridos, todo un síntoma del lugar del género en el mundo de la rosca.

Antes de la renovación de 2015 eran el doble: María Victoria Borrego, de 25 de Mayo; Marta Médici, de Alberti; Patricia Cobello, de Villarino; Stella Maris Giroldi, de Campana; Marcela Passo, de General Lavalle; María Celia Gianini, de Carlos Tejedor; Diana Argüello, de Lobería.

En la Legislatura bonaerense, a pesar de la implementación de la Ley de Paridad, que establece que hombres y mujeres integren las listas en pie de igualdad, superando el “cupo femenino” que se había establecido previamente, ingresaron en la última elección un 30 por ciento más de hombres que de mujeres, a partir de que en casi todas las listas fue el sexo masculino quien encabezó las tiras seccionales.

En el caso de la Cámara de Diputados, de los 46 escaños en juego, 25 quedaron para hombres y 21 para damas. En el Senado fue peor: 14 legisladores ingresarán y apenas 9 legisladoras. Esto lleva a que en la cámara baja haya apenas 30 mujeres sobre un total de 92 (31 por ciento) escaños y a que en la Cámara Alta haya 15 sobre 46 (32 por ciento).

El número mejora si se consideran los Diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires: son 70 y hay 26 mujeres, lo cual representa un 37 por ciento. La proporción inversa se registra en el Senado, donde Buenos Aires está representada por Gladys González, Cristina Kirchner y Esteban Bullrich.

En el ámbito de la Justicia, Hilda Kogan, presidenta de la Suprema Corte bonaerense, es la única cara en una mesa de varones. Vidal tiene una vacante para cubrir y se especuló con la posible llegada de una mujer, pero en el mundillo de las leyes nadie vislumbra una candidata con pergaminos suficientes. ¿Otro gesto de machismo? No se descarta.  Hasta hace algo más de un año, la Provincia tenía a María del Carmen Falbo, jefa de todos los fiscales, para compensar un poco ese desequilibrio.

Dentro de las estructuras de los partidos históricos vuelve a quedar reflejada la situación de desequilibrio. El comité provincia de la UCR bonaerense está presidida por un hombre, Daniel Salvador, quien está secundado por otro hombre, Carlos Fernández. La mujer mejor posicionada en la grilla es Sandra París, tesorera, y hay apenas 6 mujeres  entre las 20 vocalías.

Lo mismo se da en el PJ Bonaerense: el presidente y sus dos vices son hombres. Las mujeres se quedaron con una de cada tres consejerías seccionales, con la totalidad de las consejeras de la rama femenina y con dos cargos por juventud: cerca del 25 por ciento de las sillas decisorias.

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