Agro
Transparencia comercial y apertura de nuevos mercados

Las políticas de transparencia y los nuevos mercados auguran un buen 2018 para la ganadería

La nota negativa viene por el lado de la reestructuración política, que afectará a la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario y el SENASA. Más allá de eso, se prevén buenos resultados para la actividad.

El sector ganadero argentino empezó el año con buenas noticias tanto en el mercado interno como a nivel comercio exterior. Las reuniones que en 2017 mantuvo la cadena de ganados y carnes con el Gobierno, en el marco de las mesas sectoriales empiezan a arrojar resultados positivos.

El año anterior terminó de consolidar el repunte de la actividad, con un mercado interno que registró una faena de 12,5 millones de cabezas, según estadísticas de la Cámara de la industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA). Por el lado de exportación, las estimaciones públicas y privadas coinciden en que las exportaciones bovinas crecieron un 30% durante 2017, con China como principal clientes.

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Estos encuentros  tienen dos grandes objetivos. Por un lado, transparentar la cadena comercial en todo el territorio nacional, a la vez que se abren nuevos mercados para la industria exportadora. En el primer apartado, y con el objetivo de reducir la informalidad del sector, uno de los grandes problemas es el control de peso de faena, que no debe ubicarse por debajo de los 300 kilos.

Con este objetivo, desde el 1° de marzo, los 380 frigoríficos bovinos que de acuerdo al SENASA operan en el país, deberán contar con un Controlador Electrónico de Faena (CEF), un dispositivo que controla todo el proceso de faena, pero sobre todo el peso. Aquellos establecimientos que trabajen por debajo del kilaje establecido por ley, deberán abonar una multa de $10.000 por cada animal faenado en esas condiciones.

El CEF tiene un costo cercano a los 15.000 dólares, y los frigoríficos de mayor escala ya se encuentran en proceso de instalarlo y han realizado las primeras pruebas. El dispositivo es comercializado por tres empresas, que trabajan a todo ritmo para cumplir con los pedidos.

Otro de los puntos establecidos por el Gobierno es la constitución de un Fondo de Garantías, que los frigoríficos deberán efectuar en el Banco Nación, en concepto de garantías por pagos del IVA, Seguridad Social y futuras multas. La medida generó algunas resistencias en establecimientos de baja escala, pero será obligatoria para poder operar. 

De esta modo, y según dictamina la Resolución 7-E/2018 publicada en Boletín Oficial, los titulares de los frigoríficos deberán abonar 100 pesos por animal faenado, mientras que los usuarios de plantas o matarifes desembolsarán 300 pesos.

En todo este proceso, la subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (SUCCA), encabezada por Marcelo Rossi, tuvo una labor destacada. Pero en el marco de la reestructuración política implementada desde la Casa Rosada, este espacio perderá su rango y pasará a ser Dirección. Si bien su titular restó importancia a este hecho, y aclaró que seguirá al frente de la misma, es un castigo para un organismo que viene desarrollando una muy buena labor.

Si debemos hablar de mercados externos, una de las noticias fuertes para la industria exportadora local es la inminente apertura de protocolos sanitarios con China, para el envío de carnes enfriadas y con hueso. El gigante asiático es el principal cliente argentino,  pero es un mercado que privilegia el volumen sobre el precio por tonelada.

Los dos principales cortes que compran los chinos son el garrón y el brazuelo (osobuco) a un promedio de 4.000 dólares por tonelada. La apertura de estos protocolos sanitarios permitirá diversificar las exportaciones bovinas, en un mercado tan apetecible como el asiático.

Este hecho constituye un éxito de gestión para Cambiemos, en un escenario de duros reveses a nivel de comercio exterior: biodiesel y limones que no ingresan a Estados Unidos, importación desmesurada de carnes porcinas y un posible bloqueo de Europa al biocombustible argentino atestiguan este hecho,

Así, la ganadería argentina abre un año con buenas noticias en todos los frentes, y algunas luces de alerta. Una de ellas proviene del SENASA, el organismo encargado de los controles sanitarios, porque con una reestructuración inminente en ese organismo, existen algunos temores por la tercerización de controles, que pasarían a manos privadas.

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