Polémica

Berni, Cáffaro y Ranzini, una disputa por Zárate con la seguridad como excusa

Las peleas entre Sergio Berni y el intendente de Zárate, Osvaldo Cáffaro, ambos del Frente de Todos, configuran un escenario ideal para la reaparición de Juntos por el Cambio en el distrito.

La exclusión de la ciudad de Zárate del plan de desembarco de Fuerzas Federales en distintos municipios bonaerense se lee en clave política, y no de manera favorable para el Frente de Todos. En el análisis se combinan dos factores igualmente importante: El  primero es la conocida disputa entre Sergio Berni, ministro de Seguridad bonaerense, y Osvaldo Cáffaro, intendente local, electo por el Frente de Todos

La segunda tiene que ver con que, según las autoridades nacionales, fue el propio Berni quien señaló en el mapa los puntos críticos de la seguridad provincial, y hacia allí se dirigieron los refuerzos de la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y PSA. 

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La conclusión es obvia: si las fuerzas federales no llegaron a Zárate, fue porque Berni no quiso. Y la decisión de Berni aparece teñida por cuestiones políticas. 

Así lo entendió, sin ir más lejos, el diputado de Juntos por el Cambio, Matías Ranzini, que también es de Zárate. El legislador aprovechó la grieta y elevó un proyecto de declaración a la Cámara de Diputados bonaerenses para que Berni disponga gendarmes al distrito que comanda su enemigo político Osvaldo Cáffaro, tras el acuerdo con Nación.  

Además, sostuvo que el municipio "atraviesa un momento de inseguridad particular" y pidió apoyo a los demás diputados zarateños, entre los que se encuentra la esposa de Cáffaro, Patricia Moyano.  "Zárate está atravesando un momento de inseguridad particular, y los zarateños tienen el mismo derecho de recibir fuerzas federales como los demás distritos", señaló a INFOCIELO el diputado Ranzini. "Espero que los demás diputados zarateños me acompañen", pidió de forma astuta, anticipándose a un casi seguro rechazo. 

El proyecto, como esperaba Ranzini, fue rechazado por el Frente de Todos. Patricia Moyano y su compañera Micaela Morán, además, salieron al cruce de Ranzini y protagonizaron una acalorada discusión en el recinto virtual, que hizo eco en el seno político de Zárate. 

Ranzini logró así instalar nuevamente la problemática por la inseguridad y hacer que el Frente de Todos pague el costo político por la misma, pese a los esfuerzos de Moyano para justificar el rechazo. "Su intención es solo atacar como lo hacen muchos, el Intendente viene trabajando hace años, hay algunos que quieren sacar provecho electoral en lugar de aportar", denunció la diputada durante la sesión. Hoy, en Zárate no se habla de otro tema y seguramente se replique en la próxima sesión del Concejo Deliberante. 

Un conflicto añejo  

El encono entre Berni Cáffaro es de larga data. El intendente llegó al poder en 2007, desde el ala socialista con su partido vecinal Nuevo Zárate, en alianza con el ARI. Luego se pasó a las filas kirchneristas apadrinado por el ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. El actual ministro de Seguridad bonaerense, en cambio, es uno de los caudillos del Partido Justicialista en la segunda sección, al que llegó de la mano de Alicia Kirchner. Desde 2011 se han disputado territorialmente Zárate. Ese año, Cáffaro mantuvo la intendencia y Berni finalmente consiguió una banca como senador provincial por la segunda sección. Desde entonces, la relación estuvo completamente rota. 

Tras el reciente nombramiento de Sergio Berni como ministro de Seguridad provincial, la interna volvió a recrudecer. En mayo, el Ministro cuestionó abiertamente a Cáffaro en una visita sorpresa al distrito. Luego presenciar un robo, pidió las cámaras de seguridad del municipio, pero se negaron a atenderlo, según contó. “Evidentemente en Zárate, si no es un negocio inmobiliario, que es lo único que le interesa al intendente, la salud, la educación y la seguridad es lo que menos le interesa", lanzó. 

El intendente no se quedó de brazos cruzados y cuestionó las intenciones de Berni. "Si hubiese querido tener realmente una reunión, la hubiese tenido. Ya lo vivimos en 2015, cuando retiró las fuerzas de seguridad nacional", retrucó luego de decir que "parece más un Rambo que un Ministro". 

Matías Ranzini esta vez aprovechó la agenda, con la inseguridad en el conurbano bajo la lupa y el despliegue de fuerzas federales que Berni articuló con la ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic. Zárate quedó excluído y el diputado elevó un nuevo reclamo por la seguridad del municipio. En el proyecto de declaración, además, se hizo eco de la mala relación entre los funcionarios. "El problema ya había empeorado notablemente, y eso sumado a una falta de diálogo entre la Provincia y un Municipio que desinvirtió en seguridad durante los últimos 6 años puso las cosas peores", señala el documento. 

Ranzini tiene mejor relación que Berni con Cáffaro, pero no es ajeno al conflicto por la seguridad del distrito. El diputado de Juntos por el Cambio fue viceministro de Seguridad provincial durante el reciente mandato de María Eugenia Vidal, y es uno de los hombres de confianza del actual diputado nacional, Cristian Ritondo. En las últimas elecciones, volvió a hacer énfasis en la seguridad para apoyar la candidatura de Julián Gelvenzú. "Voto por Guelvenzú porque es el único que tiene en claro que la seguridad es una prioridad para los zarateños", publicó en sus redes sociales justo antes de las elecciones donde Cáffaro fue reelecto una vez más con el 55% de los votos como cabeza de la lista local del Frente de Todos, contra el 31% de Guelvenzú. 

A poco de iniciar su quinto mandato, en febrero de este año, los concejales de Juntos por el Cambio cuestionaron el manejo de la seguridad del intendente. Por aquel entonces, solicitaron al Concejo Deliberante que se declare la emergencia en seguridad pública, luego de una seguidilla de asaltos violentos. “Todos los días amigos, familiares o vecinos nos dicen que han sido asaltados violentamente y no vemos respuesta del municipio”, habían señalado los concejales de la alianza opositora. Cuatro meses después, y pese al rechazo del proyecto de envío de Gendarmes, lograron instalar una vez más la inseguridad en la agenda zarateña y conseguir el rédito político que buscaban. 

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