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13 DE JUNIO

¿Por qué se celebra el día del escritor en Argentina?

La fecha conmemora el nacimiento de Leopoldo Lugones, considerado por Borges como "El primer escritor argentino"

 

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En 1928 el escritor cordobés, Leopoldo Lugones, fundó la Sociedad Argentina de Escritores, junto con Horacio Quiroga , Jorge Luis Borges, Baldomero Fernández Moreno y Ricardo Rojas, entre otros. Años más tarde, en 1938, luego de que Lugones fuera encontrado muerto tras haberse suicidado, esta misma asociación civil declara el 13 de junio como Día del Escritor en honor al nacimiento de su fundador. 

Lugones, considerado durante mucho tiempo el gran poeta nacional y como el mayor referente del modernismo hispanoamericano, también fue admirado por otro de los principales exponentes de la literatura argentina, el mismo Jorge Luis Borges, quien lo calificó como “El primer escritor argentino”.

A lo largo de su carrera escribió 35 libros, entre los que se destacan Los crepúsculos del jardín, Las fuerzas extrañas y Cuentos fatales. En estos últimos dos, que son considerados como precursores de la narrativa breve en la Argentina y de la literatura fantástica en Sudamérica, se advierte la atracción de Lugones hacia temáticas vinculadas al ocultismo y al espiritismo. También tenía una enorme interés en la antigüedad griega, que quedó plasmado en su obra.

Además de escritor, Lugones fue narrador, ensayista, historiador, político y periodista. Así de variados fueron sus oficios, como también lo fueron sus posturas políticas: a lo largo de su vida realizó fuertes virajes ideológicos pasando por el socialismo, el liberalismo, el conservadurismo y el fascismo. Fue un importante propagandista del golpe militar que protagonizó  José Félix Uriburu en 1930, que derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen.

Lugones, fue encontrado muerto en una pensión del recreo del Delta de Tigre, donde se envenenó con cianuro. El último texto que escribió fue una carta de despedida que dejó apoyada sobre la mesa junto a una botella de whisky. La carta decía: "Que me sepulten en la tierra sin cajón y sin ningún signo ni nombre que me recuerde. Prohíbo que se dé mi nombre a ningún sitio público. Nada reprocho a nadie. El único responsable soy yo de todos mis actos”

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