Política y Economía
ANÁLISIS

Estrategia compartida: mientras Guzmán avanza con acreedores, Kicillof espera la respuesta de los bonistas

Avanza el reloj. Y el gobernador Kicillof lo sabe. La Provincia de Buenos Aires aguarda la respuesta de los bonistas. En rigor, viene de extender hasta el 26 de mayo el plazo para que los tenedores de bonos en moneda extranjera respondan si aceptan la oferta de canje, con una quita del 55% en los intereses y de cerca de 7% en el capital.

El fin de semana, el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, aseguró que la oferta de reestructuración de la deuda que realizó la Provincia de Buenos Aires a los tenedores de bonos "es más que razonable" en el escenario de crisis económica global.

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Axel Kicillof propuso un canje para los tenedores de bonos en moneda extranjera por nuevos títulos, con un período de gracia de 3 años, una quita del 55% en los intereses y de cerca de 7% en el capital. "Estamos llevando adelante una reestructuración de u$s 7.100 que son vitales para poder darle sostenibilidad al esquema de deuda que recibimos y para sentar las bases para poder tener un proceso de crecimiento una vez que pase la pandemia", sostuvo el funcionario. Por supuesto, la estrategia de la Provincia es quedar bajo el ala de la negociación de la Casa Rosada.

En ese plano las cosas parecen prosperar lentamente. La oferta hecha por el Gobierno argentino en el canje de deuda implicaba, en términos del valor de la oferta, u$s 39 por cada 100 dólares, lo que se denomina valor presente neto. La ecuación de la propuesta argentina es sencilla: se agregan, en orden, los datos de años de gracia, devengamiento de intereses, quita y recorte de capital, mientras se descuenta la prima de riesgo-país y lo que se denomina “exit yield” que definen inversores. Del otro lado, los acreedores más representativos se encaramaron a la mesa de negociación, en la zona de los u$s70, aunque BlackRock era el más duro y se iba incluso más arriba. Bien.

Llegaron después las contraofertas de los acreedores. La estrategia de la Argentina -que gestionó respaldos en todo el orbe y los consiguió-, hizo que los acreedores presentasen hace unos días una contraoferta: en resumen, y en promedio, el valor de esa propuesta se ubicó en la zona de los u$s58.

Es por eso que, en función de cómo viene dándose la negociación, y aunque los protagonistas señalan que es todo bastante sensible y delicado, puestos a especular hay quienes señalan que la zona obvia donde aterrizarán las expectativas se ubica en los 48, 50 o 52 dólares por cada 100. O quizás alguna cifra cercana. En el palacio de Hacienda calculan que cada dólar de valor presente que resignan los acreedores equivale a unos u$s135 millones por año aproximadamente, tomando como supuesto un plazo de 20 años para esa deuda, es decir que la Argentina, mediante la negociación, estaría logrando una rebaja significativa no menor a los u$s30.000 millones, todo mérito del ministro Guzmán, quien superó las provocaciones y se afianzó con una estrategia que, a la luz de los acontecimientos, pareciera estar preocupándose por manifestarse como la acertada. Por supuesto, la Argentina terminaría cediendo también de la posición inicial, pero podría pensarse que en una negociación, esa es la dinámica.

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