Judiciales y Policiales
El crimen de un empresario rural

La mujer acusada de matar a su esposo y simular un golpe comando se negó a declarar

La acusada prefirió el silencio y continuará detenida. Se trata de Gabriela Moreyra, de 39 años. Está muy complicada. El dermotest detectó restos de pólvora en una de sus manos. La imputaron por el delito de "homicidio agravado por el vínculo y por alevosía". La víctima, Rolando Nusbaum, murió por un disparo en la cara que recibió mientras dormía

La esposa del empresario rural Rolando Josué Nusbaum, asesinado el lunes último de un tiro en la cara cuando estaba en su casa, situada en un barrio cerrado de la localidad bonaerense de Open Door, se negó a declarar y seguirá detenida acusada de ser la autora del crimen y de inventar que lo habían matado durante un robo, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Gabriela Moreyra (39), quien fue apresada ayer luego de que una prueba de "dermotest" determinó que en las muestras que se habían tomado el día del hecho tenía rastros de pólvora en sus manos.

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La sospechosa mantuvo una reunión con su abogado particular Marcos Deluchi Devene y después del mediodía fue indagada por el fiscal de la causa, Pablo Vieiro, por el delito de "homicidio agravado por el vínculo y por alevosía".

La mujer se negó a declarar ante el titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 descentralizada de Luján, y seguirá detenida como principal sospechosa de haber sido la autora del crimen de Nusbaum (67).

El hombre, quien era administrador de un coto de caza en la provincia de La Pampa, murió a raíz de un único disparo de arma de fuego efectuado "a corta distancia" sobre su pómulo derecho, cuando estaba acostado y tapado con sábanas en su cama, por lo que se cree que le dispararon mientras dormía.

Las sospechas en torno a Moreyra surgieron desde el inicio entre los investigadores judiciales y policiales, ya que el relato que ella hizo de los hechos no coincidía con lo que vieron en la escena.

Según lo declarado por ella, con quien Nusbaum atravesaba un proceso de divorcio, cuatro delincuentes habían ingresado el martes a las 2 en su casa, en el lote 124 del club de campo "La Ranita" de Open Door, los despertaron, los sacaron de la cama y los obligaron a recorrer distintos ambientes en busca de dinero y elementos de valor.

Moreyra contó que los delincuentes se llevaron 30.000 dólares, dos celulares, elementos de valor como cuchillería y varias armas de fuego, algunas de éstas largas, por la actividad de caza de su marido.

La mujer dijo que mientras ella estaba en la planta baja recorriendo los ambientes con uno de los asaltantes, escuchó la detonación de un arma de fuego pero no pudo ver qué sucedió.

Pero en la casa estaban también los hijos del matrimonio, un adolescente de 16 años y una niña de 9, que dormían en la planta alta y no llegaron a escuchar nada: ni la llegada de los asaltantes, ni el disparo, según contaron las fuentes.

La mujer relató que luego de escucharse el disparo, dos de los delincuentes cargaron los elementos robados en su auto, un Ford Focus viejo, y la obligaron a sacarlos del barrio encerrados en el baúl, para que no los viera la guardia del barrio, mientras que los otros dos asaltantes se quedaron en la casa con el marido y los hijos.

Siempre según este relato que para la fiscalía fue falso, la esposa dijo que dejó a los delincuentes en la ruta 6, volvió a la casa pasadas las 4, y encontró a Nusbaum asesinado de un disparo.

Voceros policiales indicaron que al inspeccionar la casa no encontraron entradas forzadas, que la vaina servida 9 milímetros hallada en la escena coincide con la marca de una caja de munición de la víctima y que el arma empleada podría ser la pistola de ese calibre que Nusbaum guardaba en un cajón.

Además, el auto de la imputada fue peritado y en el baúl no se halló ningún rastro de los dos presuntos delincuentes que tuvo que sacar ocultos del barrio.

El testimonio de familiares también levantó sospechas en torno de la esposa, ya que declararon que estaban separados, que Nusbaum tenían algunas dificultades económicas, que solo iba a Open Door para visitar a sus hijos y que la casa de campo estaba en venta.

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