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Mar del Plata

Montenegro, del sueño de ser intendente de San Isidro a llenar el vacío que dejó Arroyo

Guillermo Montenegro perdió la interna en 2015 contra Gustavo Posse en San Isidro, distrito en el que quería continuar su carrera política, según él mismo manifestaba en entrevistas antes de desembarcar en Mar del Plata para ocupar la vacante que dejó el polémico Carlos Arroyo.

El elegido por María Eugenia Vidal para lllenar el vacío que le dejó al PRO la pelea con el intendente Carlos Fernando Arroyo en Mar del Plata soñaba tiempo atrás con ser intendente de San Isidro. Guillermo Montenegro arribó a Mar del Plata en 2018 por instrucción de la Gobernadora y tuvo que aceptar tras ser derrotado por el histórico Gustavo Posse en la interna de Cambiemos en 2015.

En aquella oportunidad, Posse le tiró encima 16 años de gobierno y lo venció en la interna alcanzando el 60,07% de los votos contra el 38,12% que obtuvo Montenegro.

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Un año después de aquella interna, Montenegro no quería darse por vencido. En una entrevista que brindó en septiembre de 2016 al portal Zona Norte Diario, el actual precandidato a intendente de Mar del Plata fue consultado sobre si tenía en mente continuar compitiendo en San Isidro y contestó que “obviamente”.

“Mi pasión es mi barrio y San Isidro es mi ciudad, es el lugar en donde quiero depositar mi energía y toda mi experiencia de diez años de fiscal, cinco años de juez, ochio de ministro y ahora como embajador (en 2016 se desempeñaba como titular de la Embajada en Uruguay), para buscar la forma de que los sanisidrendes vivamos mejor”, expresó Montenegro.

Los deseos del actual diputado nacional quedaron en claro cuando en la misma entrevista insistió en que “la intendencia es mi sueño, es el lugar donde quiero estar”. “Mi objetivo es, en la próxima elección a jefe comunal, ser intendente de San Isidro”, expresaba por aquel entonces Montenegro.

Dos años después aceptó la propuesta de pelear por la intendencia en Mar del Plata. “Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”, bromeaba el cómico estadounidense Groucho Marx. Montenegro podría reversionar el famoso chiste y plantear que “este es mí distrito, si no les gusta, tengo otro”.

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