Martiniano Molina: “Me levanto todos los días con ganas de cambiar esta realidad”
Martiniano Molina, intendente de Quilmes y cocinero “a mucha honra” recibe a INFOCIELO junto a unos cincuenta vecinos que se le van al humo ni bien lo ven bajar de la camioneta oficial, en la esquina de Martín Rodríguez y La Rioja. Un camión vuelca mezcla en la obra de bacheo que lleva a cabo la municipalidad y al Jefe Comunal le llueven preguntas, pedidos de fotos, quejas y alguna felicitación.
“Es la función del intendente, estar cerca de los vecinos y de los trabajadores. Somos todos iguales y estamos al servicio del vecino”, dice en su primera intervención. El hombre simpático que entró por la tele a la cocina de millones de argentinos dice que está conforme con lo hecho en casi cuatro años de gestión: trescientas obras hechas y mil millones de pesos invertidos en obra pública.
TE PUEDE INTERESAR
También reflexiona sobre el rol que ocupa hoy y la distancia que lo separa del personaje televisivo que moldeó durante décadas y que ahora aprende a decir “no”. “No me gusta mentir. Yo digo la verdad y a veces duele. Decir que no es feo, sobre todo en momentos que hay necesidad, como este. Trato de llevarme todos los temas y dar una respuesta”, sostiene.
Con tres años y medio de mandato sobre sus espaldas, Martiniano Molina ya se reconoce como político. La pregunta que cae de maduro es cómo, o más bien por qué, un hombre con un buen pasar económico, una carrera hecha y reconocimiento popular, se decide a administrar las necesidades y las carencias de una ciudad del Conurbano.
“No me gustaba escuchar tantas promesas y tan poco cumplimiento. Estaba cansado de escuchar las promesas de la política”, dice una y otra vez. También insiste en que cuando llegó a la gestión había barrios a los que no podía entrar.
- ¿Qué significa que no podes entrar?
- Estaban los narcos, los punteros regían con sus leyes. Había presiones, vecinos que tenían relación con ciertos punteros, posiblemente con los narcos.
-¿Te amenazaban o algo por el estilo?
-Acá no entra el Estado, nos decían.
La relación entre el narcotráfico y la política forma parte del discurso de Cambiemos y Martiniano Molina, por convicción o por disciplina, lo recita a la perfección.
- Vos pasabas por acá y veías muchos chicos vendiéndote drogas -dice, mientras la camioneta se abre camino por una avenida del barrio Los Eucaliptus.
- ¿Corroboraste eso?
- Yo pasaba por acá, como vecino, y veía a los chicos vendiendo. Los medios la llamaban capital nacional del paco.
Surge, nuevamente, la pregunta: de dónde vienen las ganas de lidiar con eso.
-Te juro que me levanto todos los días con ganas de cambiar la realidad. Trabajo para eso, y la única manera es estando cerca.
Para dar cuenta de ese compromiso recurre a su situación personal: “Vivo en Quilmes, cerca del río, en un lugar híper humilde, en una casa de madera que hice con mis manos. Vivo con mi familia ahí”, dice.
TE PUEDE INTERESAR
LO MÁS LEÍDO
Últimas noticias
Dejanos tu opinión