EL FIN DE SEMANA
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06 de mayo de 2019 · 10:20 hs.
Un camión volcó el último sábado en el puente que une las rutas 6 y 7 en Luján. Mientras algunos vecinos faenaban a los animales que trasladaba el vehículo, activistas independientes y voluntarios de Zona Norte Animal Save y El Paraíso Animal se acercaron al lugar y lograron salvar a dos terneros.
“Los de la ganadera pudieron agarrar a cuatro que retuvieron en el camión chocado. La Policía dejó la zona liberada, no me crucé con ni un sólo policía en todo el tiempo que estuve. No había encargados, solo personas violentas y enojadas”, expresaron desde Voicot.
“Estoy muy triste de haber estado tan cerca y no haber podido salvarlos. Es tremenda esa sensación, tan cerca. Pero por suerte esta historia no termina acá, dos de ellos pudieron ser rescatados y hoy son libres por primera vez en su vida”, sostuvieron.
Los dos terneros se recuperan hoy en El Paraíso de los Animales, un refugio ubicado en General Rodríguez que alberga desde hace más de cuatro décadas a caballos, vacas, perros, toros y más especies alejadas de la crueldad y el abandono.
“Volcó un camión con terneros, bebés de meses, que salieron corriendo asustados y la gente del lugar inició una cacería con cuchillos y objetos contundentes. Eran bebés asustados por el accidente y asustados porque la gente se les venía encima para matarlos”, relató una de las activistas que asistió al lugar.
“Las primeras en llegar al lugar fueron dos compañeras, que solitas les hicieron frente a esos tipos como pudieron, aguantándose que les dijeran cosas horribles, soportando ver cómo mataban a esos bebés delante de sus ojos”, continuó.
“Ellas lograron finalmente esconderse detrás de una arboleda con uno de los terneros. Al rato llegamos nosotros. Hubiesen visto el miedo de ese chiquito, su respiración agitada, sus mirada de terror”, agregó.
En lo que va del año, varias vacas, toros y cerdos fueron rescatados en eventos similares dentro de la provincia de Buenos Aires por proteccionistas que practican el veganismo, un estilo de vida que les quita el mote de mercancía y rechaza su utilización, en lo que va desde el consumo alimenticio hasta la producción textil, la experimentación y el entretenimiento.
“Pienso cómo la cultura valida este tipo de prácticas. Cómo hacerle eso a un bebé de otra especie está bien y no se cuestiona. Cómo había tantos tipos tratando de matarlos y dos pibas solas haciéndoles frente”, continuó la joven en su cuenta de Facebook.
“Por eso me cuesta tanto tolerar ciertos aspectos de la cultura. Porque en nombre de la cultura se cometen atrocidades, justificadas porque ‘es cultural’, desde la comodidad de que quien lo dice no es la víctima”, culminó.
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