

El equipo de especialistas que la atendía, había recomendado practicarle un alivio frente al cuadro que experimentaba desde la tarde de hoy, aunque finalmente, según confirmaron fuentes municipales, no fue necesaria. El procedimiento de la eutanasia tiene dos instancias: sedación, y una droga. Aseguran que no fue necesario llegar a suministrarle la droga.
El estado de salud de Pelusa se agravó en las últimas horas y los especialistas internacionales y médicos del zoológico que la atendieron desde el último fin de semana calificaron la situación de "irreversible". Tal es así que, según pudo confirmar INFOCIELO, y a pedido de las autoridades, la Justicia autorizó un pedido para "acelerar el deceso" del animal, para "evitarle sufrimiento". Esta noche, sin embargo, fuentes municipales aseguraron que no fue necesario llegar a la sedación
Ese pedido se había gestionado desde la tarde de hoy, cuando se constató una disminución de los signos vitales y de la respuesta de sus órganos. Se habló además de una "situación desesperante" ya que los signos de sufrimiento se hicieron evidentes.
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"No fue necesario ayudarla a morir; tal como habían recomendado los especialistas", aseguraron a este portal fuentes municipales que durante la tarde de hoy habían convocado al Fiscal Marcelo Romero -a cargo de la fiscalía dedicada a los animales- y al Juez Masi, y a especialistas de la facultad de Veteriaria de la UNLP; a la Fundación Frans Weber; a los expertos del santuario de Brasil y a los defensores del Pueblo de la Provincia y de la ciudad
"Acabamos de autorizar todos los procedimientos veterinarios necesarios para evitar sufrimientos, aún cuando ello implique acelerar el deceso. Todos los dictámenes son coincidentes en que el cuadro es irreversible", afirmaron fuentes judiciales a este portal. Luego confirmaron que Pelusa falleció.
Las últimas horas de Pelusa
“Pelusa presenta una desmejoría en su estado de salud, manifestándose también por momentos señales de deterioro y dolor. Se le brindaron calmantes, no obstante se evidencia un cuadro irreversible de su situación”, se informó en el parte veterinario emitido esta tarde/noche. Así fueron las últimas horas de la elefanta en el zoológico local.
Durante los últimos días y tras quedar recostada se la atendió y mantuvo "hidratada y aislada térmicamente dentro de una carpa, con mantas y calefacción de exteriores”.
Pelusa sufrió una recaída de se estado de salud el pasado sábado a la mañana, cuando se recostó para descansar y no volvió a levantarse. A raíz de esa situación, se montó un operativo de trabajo encabezado por el equipo veterinario del Jardín Zoológico y los especialistas del Santuario de Elefantes de Brasil junto a la Fundación Franz Webers.
Lamentablemente, Pelusa no mostró sintomas de mejora, y el cuadro se fue agravando con el correr de las horas. En este contexto, durante la tarde de este lunes vecinos y proteccionistas se acercaron a las puertas del Jardín Zoológico para homenajear, recordar y dar fuerzas a Pelusa en este momento tan difícil de su vida.
Con carteles bajo la consigna “Fuerza Pelusa”, dieron muestra de apoyo a la elefanta que hace 50 años que se habitaba el ZOO local.
Por su parte, el director del santuario ‘Global Sanctuary Elephants’ de Brasil, Scott Blais, que arribó a la ciudad, detalló que “comenzó a mostrar una menor respuesta a los estímulos, su torrente sanguíneo y los valores de los análisis comenzaron a desmejorar, indicando que la elefanta estaba en la etapa final de su vida”.
“Este es el resultado del cautiverio de casi 50 años en este espacio que es completamente insuficiente ya que no permitió la estimulación física, psicológica ni emocional”, sostuvo el especialista.
La enfermedad de Pelusa
Pelusa padecía desde hace 5 años una enfermedad (pododermatitis crónica) en sus patas traseras. Esto es común en elefantes que se encuentran en cautiverio, y se origina por la imposibilidad de poder caminar grandes distancias, como debería hacerlo un animal de su especie en condiciones de libertad.
A raíz de esta afección, Pelusa hacía dos años que no se recostaba a dormir, ya que esta enfermedad -entre otras cosas- le genera la imposibilidad de poder levantarse por sus propios medios. Es por ello que el animal descansaba de pié, lo cual le generó un gran cansancio a lo largo del tiempo.
En 2017, por primera vez en su vida se le realizó un estudio de alta complejidad para diagnosticar más profundamente su estado de salud.
A su vez, con el objetivo de poder brindarle una mejor calidad de vida, en los últimos dos años se colocó un piso de goma y calefacción en su recinto. También se amplió al doble el tamaño del ambiente exterior para poder promover su movilidad y se estableció una estricta dieta, lo que le generó un aumento en su peso de 250 kilos.
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