Déficit habitacional

Grave: en la Provincia hay más de 14 mil viviendas sociales abandonadas o a medio terminar

Con un déficit habitacional que ronda las 600 mil casas, hay planes de viviendas parados en casi todos los municipios. En el Gobierno calculan que son unas 14 mil, pero extraoficialmente se habla de más del doble.

Por Eduardo Médici

El déficit habitacional de la Provincia de Buenos Aires es un problema que trasciende gestiones y colores políticos, y que ningún gobierno a la fecha ha sabido, querido o podido resolver. Si bien hay matices, cifras oficiales y de ONG’s aseguran que faltan entre 400 y 500 mil casas en todo el territorio, lo que implica que, en los hechos, uno de cada tres bonaerense tenga necesidades insatisfechas de hábitat.

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Datos difundidos por la Secretaria de Tierras a comienzos de 2017 daban cuenta de la existencia de unos 1.585 barrios caracterizados como villas y asentamientos, en donde moran 419 mil familias, distribuidos en 83 de los 135 partidos que conforman Buenos Aires. Según la fundación Techo, en 2016 había en Buenos Aires 1.352 asentamientos, que alojaban a casi 400 mil familias.

Lo verdaderamente paradójico es que, ante esta circunstancia, los Gobiernos de Nación y Provincia tengan paralizada la construcción de entre 14 y 30 mil viviendas sociales en toda la Provincia. Un informe que pasó por las manos de María Eugenia Vidal da cuenta de exactamente 14.087 casas, en su gran mayoría financiadas por Nación a partir de acuerdo con los Municipios.

Los motivos que se analizan en el paper al que accedió INFOCIELO se pueden englobar en cuatro grandes ejes: el 31 por ciento son proyectos aún no iniciados, el 8 por ciento son viviendas usurpadas, el 35 por ciento planes a reactivar o terminar y el 10 por ciento a auditar, a partir de la relación con las empresas constructoras.

Claro que no es un número que esté alejado de las controversias: hay quienes aseguran que el número final está más cerca de 30 mil. Y algunos casos “testigo” respaldan esa estimación.

En Mar Chiquita, por ejemplo, quien fuera intendente hasta el 10 de diciembre de 2015, Jorge Paredi, entregó unas 370 viviendas en 12 años de mandato. Y le dejó a su sucesor, Carlos Ronda, de Cambiemos, otras 132 con un estado de ejecución cercano al 60 por ciento. “Estaban terminadas hasta el techo”, grafica el ex Jefe Comunal.

Veintiocho meses después, los barrios proyectados en Coronel Vidal, Viboratá y General Pirán están exactamente igual. Ronda adujo primero que había documentación que revisar, por temor a irregularidades. Luego afirmó que encararía las obras con fondos municipales, que nunca fueron ejecutados y, finalmente, dejó de hablar del tema.

En el interín, una fuerte tormenta se llevó, en enero de 2018, los techos de varias de las casas inconclusas Coronel Vidal. Los malogrados hogares son objeto de actos vandálicos o se transforman en “aguantaderos” criminales. Triste final para el sueño de la casa propia.

Así como en Mar Chiquita, en General Madariaga hay unas 29 viviendas de un barrio ubicado en Colón y Catamarca, que ni siquiera se comenzaron. El intendente saliente, Cristian Popovich, las gestionó dentro de un barrio de 36 casas. Llegó a entregar cuatro y su sucesor completó tres más. Y ahí quedó todo.

La misma situación se puede verificar en Lezama, donde recientemente la oposición planteó declarar la emergencia habitacional a partir de la falta de terminación de más de 70 viviendas, correspondientes a distintos planes, que el gobierno anterior dejó en dispar grado de avance, de hasta 80 por ciento en algunos casos.

Detrás de todos esos casos, más allá de las excusas, habría un denominador común: una orden directa de la administración nacional, más concretamente del Ministerio del Interior y Obras Públicas que conduce Rogelio Frigerio. La excusa, como los propios intendentes ventilaron, fue primero auditar. Ahora no queda claro de qué pretexto se agarran.

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