Diputado oficialista comparó a los cuidacoches y limpiavidros con “transas”
El diputado bonaerense Matías Ranzini, de Cambiemos, se refirió hoy al proyecto que presentó junto a su compañero de bancada Guillermo Castello para prohibir la actividad de limpiavidrios y cuidacoches sin autorización explícita del Estado.
La iniciativa, como marcó ayer este portal, se contiene términos que encendieron la polémica. Propone, por ejemplo, “terminar con esta actividad de quienes se apropian del espacio público extorsionado y apretando a los ciudadanos”, estableciendo tácitamente que quienes desarrollan la actividad no son ciudadanos.
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En diálogo con “Todo no se puede”, por la mañana de FM CIELO 103.5, Ranzini explicó que la idea fue “darle un marco normativo a este tipo de actividad ilegal el pos de cuidar al vecino” a partir del “muy buen trabajo” que se hizo en ese sentido durante el Operativo Sol.
“Tenemos la noción de que un trapito es una privatización encubierta del espacio público, estamos frente a un problema. A la otra discusión, que es la laboral, la tendrían que abordar los municipios que son la autoridad competente para regular el sistema de estacionamiento”, señaló el legislador oficialista.
El optimismo de Ranzini se apagó cuando se le señaló que los trapitos también “son gente” y “ciudadanos” con lo cual tienen derechos. La respuesta no lo dejó del todo bien parado: “Los transas a veces también son gente”, retrucó, comparando a quienes se ganan la vida por monedas en una esquina con narcotraficantes.
Junto a @guillercastello presentamos un proyecto para prohibir los “Trapitos”.
— Matias Ranzini (@MatiRanzini) March 20, 2019
Las calles y veredas son de todos, y donde está permitido, todos tenemos derecho a estacionar gratis. Hay que cortar la extorsión y el miedo por parte de esta gente para vivir más tranquilos. https://t.co/GPCl59T8oo
“¿Sabés cuánto puede dejar un kiosquito de narcomenudeo por día? 60 mil pesos. No lo podemos tomar por ahí, lo tenemos que tomar con el que está fuera de la ley con el que no”, se defendió Ranzini, que remato con un fuerte juicio de valor: “Andá a una esquina que esté copada, o una cuadra que está copada por trapitos, a ver si te dejan trabajar. No te dejan trabajar porque son una mafia”, sugirió.
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