Política y Economía
EL DE LAS PILAS

La historia del conejo que Lacalle Pou tiene en su despacho

Lacalle Pou tiene al conejo de peluche en su despacho. Lo compró usado y roto en el año 2015 cuando empezó a planificar la campaña. Se lo vio en una nota de TN

Durante una entrevista al Presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou en la señal TN del Grupo Clarín hecha para que se explaye sobre el entredicho que tuvo con Alberto Fernández en la Cumbre del Mercosur, un objeto llamó la atención aún más que sus declaraciones, y las redes se hicieron eco de ello.

Si bien sorprendió la seguridad con la que le cerró la puerta a especulaciones buscadas adrede para enfrentar a los 2 presidentes por parte de sectores de la prensa cuando aseguró al final del reportaje: "Yo nunca me peleé con nadie. Es imposible que me reconcilie con alguien con quién no me peleé", no fueron sus palabras las que resonaron con mayor potencia luego de haber estado media hora en la entrevista con Morales Solá, sino un adminículo detrás de su humanidad en el escritorio posterior: un loco peluche rosado, en forma de conejo con un tambor, como el de la publicidad de pilas.

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El conejo de peluche ubicado detrás del Presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou fue el objeto más comentado en redes, por sobre sus declaraciones inclusive

Ese adorno convocó las miradas que no salían de su asombro para tratar de entender por que un Jefe de Estado podía tener eso alli.

LA HISTORIA DEL CONEJO ROSADO DE PELUCHE CON UN TAMBOR

Según consigna hace mas de un año el diario El Observador de Montevideo, la leyenda de este muñeco se remonta a 2015, cuando junto a su equipo más cercano comenzó a planificar la campaña de 2019 que lo terminó llevando a la presidencia.

Por esos días, circulaban en la televisión varios avisos publicitarios de esas pilas "larga vida" que tenían como protagonista al conejo y lo mostraban jugando carreras contra baterías de otras marcas, las cuales iban cayendo durante el trayecto mientras el conejo continuaba hasta llegar como vencedor a la meta.

El equipo visualizó que ese concepto se podía trasladar a la política y que en los cuatro años largos que quedaban hasta las elecciones se iba a repetir en más de una ocasión, por lo que lo incorporaron.

Pero Lacalle Pou no se quiso quedar con el papel y decidió ir un paso más allá. Buscó y encontró en Mercado Libre un peluche como el de la publicidad, que funciona a pilas y toca el tambor, consiguió un electricista que lo arreglara, y lo sumó a su escritorio, para tenerlo a mano y observarlo cada vez que le surgía un nuevo contrincante o las mediciones de opinión pública mostraban cambios en el electorado.

La primera vez fue en 2016, cuando Edgardo Novick anunció que sería candidato a presidente por el Partido de la Gente, luego de tener una buena votación en las elecciones para la Intendencia de Montevideo. Era la “novedad” y amenazaba con quedarse con parte de los votos que Lacalle Pou había recogido en 2014, cuando era el recién llegado a las postulaciones presidenciales.

También en 2018, cuando se supo que el empresario Juan Sartori competiría en el Partido Nacional y por última vez luego de las internas, cuando las primeras encuestas dieron que Ernesto Talvi, el candidato del Partido Colorado, estaba a pocos puntos.

En los tres casos, Lacalle Pou y su comando utilizaron al peluche como imagen para preguntarse qué debían hacer con la estrategia de campaña, que había sido cuidadosamente delineada en base a información cuantitativa y cualitativa. En julio de 2019, por ejemplo, decidieron seguir adelante y no cambiar el rumbo ante lo que parecía por un momento que era una “ola” colorada que ponía en riesgo el segundo lugar, pero luego fue una “espuma de la cerveza”, como le llamaron en su entorno.

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Lacalle Pou dijo no poder reconciliarse coon quien nunca se enfrentó, en relación al cruce com Alberto Fernández. Sin embargo en redes se comentó mas el conejo de peluche que esa declaración

La campaña de los blancos ni siquiera en esos momentos decidió polemizar con el resto de los candidatos opositores y por el contrario, Lacalle Pou cuidó la unidad de los que luego serían sus socios de la coalición.

Tras haber llegado a la meta, el peluche se mudó a este nuevo despacho: la oficina presidencial en el piso 11 de la Torre Ejecutiva de Montevideo donde ejerce funciones.

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