¿Se queman los muñecos?: la tradición platense en la espera a días de fin de año
A semanas de fin de año comenzaron a aparecer algunas estructuras de madera y alambre que luego se transformarán en los clásicos muñecos de La Plata. La tradición platense sigue vigente y se renueva para este 2023, pero con el cambio de gestión municipal está en duda las formas de inscripción y cómo hacerlo.
La tradición platense que comenzó a mitad del siglo XX todavía sigue en pie y el año pasado la ciudad tuvo la cifra más alta de inscriptos de las últimas 6 ediciones. Tal es así que el último 1 de enero alrededor de 78 muñecos ardieron para dar inicio a un nuevo comienzo. Messi, el Dibu Martínez y la Copa del Mundo fueron las temáticas más elegidas.
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Sin embargo, en esta oportunidad, con el cambio de gobierno local y la asunción de Julio Alak como nuevo intendente, se desconoce aún si se mantendrá el mismo sistema de inscripción y la página web de la Comuna donde vecinos podían ver el mapa interactivo con cada muñeco.
Origen y mitos de los muñecos de fin de año
“Ritual platense” es el primer libro que cuenta la verdadera historia de los muñecos de fin de año en La Plata, la historia de los principales grupos de constructores de muñecos, las anécdotas, y los acontecimientos más relevantes de esta extraña y popular tradición platense que renace año tras año en diciembre.
Una de las preguntas que se contesta el libro es el por qué de esta tradición que tiene más de setenta años. Al respecto, Darrigran afirmó en entrevista para Infocielo que “ha habido muchas teorías, de hecho los antropólogos lo han teorizado. Siempre se habla de que viene de Valencia, porque en su verano se arman muñecos. Pero estuve viendo las estadísticas de las migraciones y no hubo contingentes de valencianos que hayan llegado a la ciudad. De hecho llegaron de Galicia o Extremadura donde no tienen esta tradición”.
Sin embargo, desde las autoridades locales se había intentado forzar este lazo para generar hermandad entre las ciudades y lograr también algún apoyo económico. Pero lo cierto es que no hay vínculo entre Valencia y La Plata.
La historia del origen de la quema de los muñecos se remonta a los años 50’. En la calle 10 40 existía un bar y almacén dirigido por Luis Tórtora y Victorina Ponicio denominado “Los Obreros”. El mismo también funcionaba como sede platense del Club Defensores de Cambaceres de Ensenada.
“En 1956 empezaron a hacer el muñeco por un detonante en particular: el dueño era también presidente del Club Defensores de Ensenada, que en ese año ascendió en la Liga Amateur Platense de fútbol”, señaló el historiador.
Y a los dueños se les ocurrió en el marco de las fiestas que realizaban las últimas semanas del año, hacer un muñeco explosivo del equipo para homenajearlos e invitarlos a las festividades.
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