En la ciudad de La Plata se desató una polémica judicial y política que alcanza directamente a los dos dirigentes más relevantes del oficialismo y la oposición en la capital bonaerense: el intendente Julio Garro y el exalcalde y ¿candidato?, Julio Alak.
Es que desde las filas del jefe comunal cuestionaron que la jueza en los Contencioso Administrativo de La Plata, María Ventura Martínez, que es familiar directa del ministro de Justicia de la Provincia, ordenó frenar las obras de pavimentación que estaba ejecutando el Municipio, lo que llevó a denunciar que detrás de esa decisión hay “intenciones políticas y electorales”.
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La medida judicial apunta a las obras de asfalto que se realizan sobre el histórico adoquinado platense, que ya había generado el rechazo de la oposición. Así, la Justicia se metió en la interna política de la ciudad ya que entienden que la participación de Alak tiene que ver con un intento de posicionamiento como el candidato más fuerte de la oposición.
Desde el entorno de Garro sostienen que el exintendente hace uso de influencias para “mover causas judiciales” en favor del kirchnerismo y en desmedro del gobierno municipal, según postularon a Infocielo.
Es que desde calle 12 no solamente pusieron en dudas las acciones de Ventura Martínez, a quien acusaron de “entrometerse” en el avance de obras que fueron autorizadas por el Concejo Deliberante y es potestad plena del Ejecutivo local, sino que además evalúan iniciar un juicio político por la relación familiar con el ministro bonaerense. ¿Cuál es el vínculo que los une? la jueza está casada con el sobrino y actual secretario privado del funcionario bonaerense.
“Alak está paralizando obras de manera sistemática. Ya nos obligó a suspender las tareas en el Teatro del Lago, después del enorme esfuerzo que se hizo para recuperar un lugar que estuvo durante décadas abandonando, y ahora está influenciando nuevamente con la paralización de más de 150 frentes de obras”, aseveraron desde el equipo de Garro.
Quien salió públicamente a repudiar esta situación fue el presidente del Concejo Deliberante, Darío Ganduglia, quien elevó una presentación para manifestar el repudio de todo el cuerpo a la decisión adoptada por la justicia platense, al considerar que es una medida “abusiva” y que “entorpece el funcionamiento de la gestión”, sin ningún tipo de potestad legal para hacerlo.
“Muchos vecinos, comerciantes y empresas de transporte están solicitando la reactivación de los avances de obran de pavimentación sobre la calzada la cual dicha demora afecta todas las paradas y los refugios de líneas de colectivos siguen inhabilitados ocasionando diversas dificultades”, dijo el funcionario local. “Las tareas de pavimentación en dichas arterias producirá una sensible mejora en la calidad de vida de los vecinos y comerciantes como así también de quienes transitan a diario por cuestiones laborales, escolares y académicas el cual el adoquinado no permite la delimitación de carriles vehiculares, señalética vial, marcado de sendas peatonales”, agregó.
En su presentación, Ganduglia dijo que “el adoquinado es un factor importante que provoca siniestros viales, dado que son resbalosos, dificultando el frenado de los vehículos de gran porte, como así también para los motociclistas y ciclistas, produciendo colisiones y caídas que generan lesiones y daños materiales a los particulares y al estado, además de gasto de hospitalización de dichas personas”.
Vale marcar que la Municipalidad apeló el fallo, que está en análisis por parte de la Suprema Corte de Justicia. Desde La Plata apuntan al exintendente de estar “manipulando fallos judiciales”, pero no es el PRO el único espacio que lo mira con desconfianza, sino que en el peronismo local también lo miran de reojo.
Como contó Infocielo, esas diferencias quedaron expuestas este domingo en el marco del natalicio de Evita. Julio Alak convocó a la tradicional misa en la Parroquia San Francisco de Asís pero pasando por encima al partido, a lo que el grueso del Frente de Todos respondió con una foto de unidad sin el “Turco”, en la sede partidaria.
Además de eso, a Alak no le perdonan, entre otras cosas, la manera en la que administra su poderoso lobby en el poder judicial. “Tiene connivencia con Julio Conte Grand, se mueve en la Suprema Corte para perseguir judicialmente a compañeros”, sostuvo una fuente del peronismo local a este portal.
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