Sebastián Villa regresó a Argentina este miércoles por la madrugada y se sumó a los entrenamientos en Boca, club que aún es dueño de su pase. El delantero había viajado a Colombia tras la condena a prisión en suspenso que recibió por violencia de género contra su ex pareja.
El jugador había comenzado desde Colombia un litigio con la institución que le comunicó que no le dio permiso para ausentarse y debía retornar. Esperan que llegue una oferta para darle salida en este mercado de pases.
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Villa se había marchado a Colombia hace más de un mes tras ser condenado a dos años y un mes de prisión condicional por “amenazas coactivas, en concurso real, con lesiones leves calificadas” contra Daniela Cortés. Una vez allí, buscó quedar en libertad de acción por medio de una carta documento que envió alegando que si no era reincorporado en los próximos días se consideraría libre.
Desde el club siempre aseveraron que en ningún momento le impidieron al jugador que siguiera entrenándose y que, en tanto, la decisión de retirar su cosas del predio e irse rumbo a Colombia -donde se lo vio trabajando bajo las órdenes de un preparador físico- fue suya. Por eso, expusieron esto en la Justicia y le respondieron a Villa intimándolo a que se presentara nuevamente en Ezeiza.
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Por otro lado, la realidad marca que el colombiano puede seguir jugando en Argentina o en cualquier club del mundo porque la sentencia no está firme y esto no le inhabilita sus derechos laborales. El problema reside en que pocas ligas se arriesgarían a contratar a un jugador con una condena en primera instancia por violencia de género que además afronta otra causa aún más grave en la que está imputado por abuso sexual con acceso carnal y en caso de que avance y sea encontrado culpable, ya no evitaría la cárcel.
Lo cierto es que la Justicia no se metería con la elección del nuevo club de Villa ni con el monto del pase. Solo tiene que darle la autorización de salida y residencial.
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