Cae la "furia" sobre París luego del asesinato de un joven de 17 años
Arde París por las violentas refriegas entre policías y manifestantes a causa del asesinato a sangre fría de un adolescente de 17 años por parte de oficiales uniformados en Nanterre, un suburbio al oeste de la capital de Francia.
El hecho ocurrió el martes 27 de junio, cuando un agente disparó a quemarropa contra Nahel M., quien conducía un vehículo sin licencia y se negó a detenerse en un control de tráfico. Un video que circuló por las redes sociales mostró que el policía apuntó al joven con su pistola y le dijo "vas a recibir una bala en la cabeza" antes de dispararle en el pecho.
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La muerte de Nahel desató la indignación y la ira de los habitantes de Nanterre, que salieron a las calles a reclamar justicia y a denunciar la brutalidad policial. La noche del martes y la madrugada del miércoles se registraron disturbios, enfrentamientos, incendios y saqueos en varios puntos de la ciudad. Los manifestantes lanzaron petardos contra la comisaría, quemaron autos y contenedores de basura, y levantaron barricadas para impedir el avance de las fuerzas del orden, que respondieron con gases lacrimógenos. Al menos 13 personas fueron detenidas y decenas resultaron heridas.
MACRON DEL LADO DE LA POLICÍA
La violencia se extendió también a otras zonas de la periferia norte de París y a otras ciudades como Lyon, Toulouse o Lille. El presidente Emmanuel Macron calificó de "injustificables" los actos de vandalismo contra "símbolos de la República" y expresó su apoyo a los policías, bomberos y alcaldes movilizados. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció el despliegue de 40.000 agentes para restablecer el orden público y aseguró que se hará justicia por la muerte de Nahel.
La fiscalía abrió una investigación por homicidio voluntario contra el policía que disparó al joven, que fue suspendido de sus funciones y puesto en prisión preventiva. Según la fiscal, "las condiciones legales" para el uso del arma "no se daban" y el agente actuó con "intención homicida". El abogado del policía sostuvo que su cliente disparó en legítima defensa, ya que el vehículo conducido por Nahel intentó atropellarlo.
El alcalde de Nanterre, Patrick Jarry, pidió que se aclaren cuanto antes las circunstancias de la tragedia y llamó a la calma y a la moderación a la población. El ayuntamiento puso a disposición de la policía las imágenes captadas por las cámaras de videovigilancia del lugar de los hechos. Jarry expresó sus condolencias a los familiares y amigos de Nahel, cuyo funeral se celebrará el viernes.
El jueves por la tarde, miles de personas participaron en una "marcha blanca" en homenaje a Nahel, portando carteles con su foto y el lema "Justicia para Nahel". La manifestación fue pacífica hasta que un grupo de encapuchados empezó a lanzar piedras y botellas contra los antidisturbios, que volvieron a usar gases lacrimógenos. Los enfrentamientos se prolongaron hasta entrada la noche, dejando un saldo de 150 detenidos y 170 agentes heridos.
La muerte de Nahel ha reavivado el debate sobre el racismo y la violencia policial en Francia, donde las minorías étnicas se sienten discriminadas y excluidas. Muchos jóvenes de los suburbios se identifican con Nahel y denuncian que son víctimas frecuentes de abusos y humillaciones por parte de las autoridades. "Él representa a la ciudad de Nanterre y lo que ocurre a menudo en los suburbios. Hay muchos casos de violencia de los que nadie habla. No somos iguales", declaró uno de los manifestantes.
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