Aunque limpiaron el “santuario” de Fernando, en Villa Gesell hubo un “histórico” apagón de boliches

Aunque la disco Le Brique se mantuvo cerrada por segunda noche consecutiva, ayer limpiaron las velas y las pintadas de la fachada, una especie de “santuario” o “lugar de homenaje” para Fernando Báez Sosa, el joven porteño que fue asesinado en ese lugar de Villa Gesell por un grupo de rugbiers.

El boliche, de esa manera, parece estar respetando el duelo de 48 horas decretado a nivel municipal por el intendente peronista Gustavo Barrera. Si bien el acatamiento fue dispar, el local bailable sigue cuestionado y sus dueños prefirieron no abrir.

Las velas en las escalinatas de Le Brique fueron dejadas el lunes por la noche cuando decenas de vecinos, turistas y amigos de Fernando se dieron cita en el lugar del hecho para pedir justicia. Fue en ese momento que algunos de los presentes escribieron  leyendas con aerosol en las paredes.

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