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ITUZAINGÓ

La historia del arquitecto que llevó las maravillas del mundo a Ituzaingó

Construyó réplicas de la Torre Eiffel, del Arco del Triunfo, la Torre de Pisa y el Obelisco en Ituzaingó. Lleva realizadas 27 obras. Su próxima meta.

Rubén Díaz se crío en Ituzaingó, ciudad que aún hoy elige para vivir, para soñar y materializar muchos de esos sueños. Con 66 años y una imaginación envidiable, este vecino ituzainguense lleva creadas 27 obras temáticas distribuidas por todo el municipio, entre ellas una réplica de la Torre Eiffel de 16 metros de altura, un Arco del Triunfo, una Torre de Pisa y un Obelisco.

Diaz es arquitecto y Maestro Mayor de Obras recibido en la UBA, aunque reniega de sus títulos y prefiere ser considerado artista. “Un título no te garantiza nada, los títulos son discriminatorios. El título sirve para mostrar una matrícula y demostrarle a otra persona que uno es idóneo para el trabajo para el que es contratado, no para tener valores sociales ni categorías”, sostiene en diálogo con INFOCIELO el excéntrico vecino que le imprime su impronta al barrio en el que vivió durante toda su vida.

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En la facultad aprobó las 32 materias correspondientes al diseño curricular de la carrera de Arquitectura, aunque se negó a participar de la ceremonia de graduación. ¿Por qué?: Porque le exigían asistir con corbata. “Yo les respondí: 'No estoy capacitado para rendir corbata, nunca rendí corbata ni me dijeron que la materia corbata estaba en la currícula'”, recuerda el artista y comenta: “Fui 3 años después a buscar el título porque me di cuenta que no me dijeron dónde tenía que tener la corbata, entonces la llevé en la mano y me la colgué cuando me dieron el diploma; después la descolgué y me fui”.

Su primera obra temática la realizó en 1979; era un un departamento chico que, en su interior, tenía carteles con señales de tránsito que indicaban el camino hacia las puertas o “no detenerse” en los pasillos. Aunque fue en 2017 cuando una de sus construcciones generó una repercusión enorme: el artista trasladó la Taberna de Moe desde la ficticia ciudad de Springfield hasta la Zona Oeste del Gran Buenos Aires. Las imágenes del lugar se viralizaron en las redes en muy poco tiempo y los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia.

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La taberna de Moe en Ituzaingó

La taberna de Moe en Ituzaingó

En 2017 mudó desde Springfield a Ituzaingó la taberna de Moe

Con un nivel de detalle increíble, Díaz reprodujo con exactitud cada recoveco del bar original de Los Simpsons, donde Homero se reúne a tomar cerveza con sus amigos de copas, Lenny, Carl y Larry.

A pesar de la enorme expectativa que se había generado y del entusiasmo, a dos días de la inauguración del lugar, que funcionaría como bar; el arquitecto recibió la intimación por parte de abogados de la empresa dueña de los derechos de imagen de la popular serie creada por Matt Groening, en donde se exigía la eliminación de todo lo referido a la serie, por lo que debió modificar el color de la fachada y eliminar el mayor rastro posible que pudiera vincularse con la serie animada, aunque las ventanas y el interior las mantuvo igual.

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Faltando 2 días para inaugurar la taberna, debieron remodelar por completo la fachada a partir de una intimación de la cadena Fox Foto: Télam

A pesar de la experiencia fallida, Diaz no lo considera un fracaso. “Fracasar es no intentar. Si perdés, lo intentaste, entonces no vas a estar tenso”, sostiene y asegura que “cuando aprendas a perder, habrás empezado a ganar”.

En julio de 2018, menos de un año después de haber tenido que darle de baja al proyecto de la taberna, ya había inaugurado su siguiente obra: la Torre Santa Rosa, una réplica de la Torre Eiffel, de 16 metros y medio de altura, hecha con hierro macizo, rodeada de murales que muestran el Arco del Triunfo, el emblemático Moulin Rouge y la famosa pirámide en la entrada del Museo de Louvre.

En 2018 levantó la Torre Santa Rosa, una réplica de 16 metros de la Torre Eiffel de París

“Lo que pretendemos es que las obras sean postas, medios de ubicación y que la gente se sienta orgullosa de venir acá ”, explica el artista, quien se molesta cuando escucha que alguien usa como referencia el local de Mcdonald's que está ubicado a pocos metros de la torre, para indicar dónde queda un determinado lugar “la torre tiene que ser el punto de referencia, no porque la hice yo o porque es mía, sino porque me enferma que esté lleno de Mcdonalds”.

Rubén Díaz, quien se moviliza por la ciudad en un Citroen C3 que intervino artísticamente, y lo pintó como si se tratara de una casa, pone a disposición el lugar para que, de lunes a viernes para que puedan celebrar su cumpleaños de forma gratuita niños con discapacidad y huérfanos, a quienes los agasajan con bebida y galletitas.

Además de la Torre Santa Rosa, se puede visitar la réplica de la Torre de Pisa, inaugurada en enero de este año con la presencia de una buena cantidad de vecinos, a quienes se les sirvió pizza; el Pasaje Hollywood -un conjunto de dúplex que, al ser recorrido por su exterior, uno se topa con estrellas del cine como Julia Roberts, Marilyn Monroe o incluso a Indiana Jones conduciendo un jeep-; la Casa Bondi -en cuya fachada hay dos partes de un colectivo partido a la mitad incrustadas en la entrada- o una vivienda que tiene un fitito adosado a la mampostería del frente del domicilio-.

El Pasaje Hollywood es un conjunto de dúplex que ambientó con la temática de películas de cine de los 80 y 90

Loco un poco nada más

“A mí me han puteado en 40 idiomas acá. Cuando puse el fitito colgado por ejemplo, y yo les digo: 'Escucheme, yo voy a una estación de servicio a hacer cambio de aceite, me levantan el auto dos metros y nadie me putea´”, cuenta Díaz y recuerda que “levantar un auto a dos metros generó un escándalo acá en Ituzaingó”.

El arquitecto, creador de todas estas disparatadas obras no teme ser visto como un loco. Todo lo contrario, disfruta que sea así. “Yo soy felizmente ridículo y loco. La locura mientras no sea patológica y no afecte a los demás, deberían tener un poquitito cada uno ”, comenta Díaz y agrega: “Yo tengo que reconocer que estoy loco porque si lo hago, tengo la suficiente cordura como para saber que yo estoy loco y que puedo andar por la calle normalmente. Si hago como todos los locos y digo que no estoy loco, me internan”.

En una de sus obras colocó un fitito suspendido en el aire a 2 metros de altura


Lo que muchas de las personas no pueden entender cuando observan las excéntricas estructuras no es solo por qué las hizo, sino fundamentalmente suelen quedarse desconcertadas cuando se enteran que las obras son financiadas por su propio creador, con el aporte de algunos vecinos, y que no cobra entrada para que los visitantes las conozcan.

“El éxito es ser feliz, no tener millones. Cuanto más cosas llevás en la mochila, más cargás”, sostiene el artista ituzainguense, quien asegura que su motivación es poder sacarle una sonrisa a las personas. “Si yo logro que una persona que pasa por una obra mía, se olvide de la factura de luz, de la grieta o en este caso de la pandemia y diga, ya sea: 'me encanta, qué belleza ' o 'es una porquería '; esa persona va a ir a la casa y lo va a comentar, ya son otros 10 segundos que le robo de forzar la mente”.

“Yo no soy rico, vivo en un PH hecho por mí, tengo un auto 2011 tuneado, viajo de mochila; pero cuando veo cómo está el mundo, a veces siento que tengo más de lo que necesito”, dice Díaz, que asegura haber recorrido más de 120 países “haciéndole dedo” desde autos y camiones hasta yates y avionetas.

El arquitecto intervino su propio auto y lo convirtió en una "casa móvil"

La primera vez que viajó a Europa tenía 21 años y un grupo de hippies holandeses lo llevaron hasta los países bajos con ellos, pero una mañana se despertó sobresaltado y vio que oficiales de la policía lo estaban apuntando con escopetas porque el grupo de holandeses eran delincuentes. “Me salvó que tenía certificado de estudios, pasaje de vuelta y se dieron cuenta que yo no tenía nada que ver con todo eso”. También estuvo en un golpe de Estado en Uganda, permaneció en Nicaragua mientras se producía la revolución sandinista que le puso fin a la Dictadura de la familia Somoza; y pasó 6 días en el medio del Amazonas con un grupo de nativos.

“Viajando aprendí que la ignorancia no existe como valor absoluto: por ejemplo yo estuve en el Amazonas con una tribu. ¿Quién es el ignorante? El ignorante soy yo, porque él es sabio en su hábitat. La Ignorancia depende del escenario más que de la persona”, afirma Díaz y explica que todo depende del escenario y de los prejuicios, “ves a una persona sentada frente a Puerto Madero y te imaginás que es una persona que vive ahí. Lo vés en la Villa 1-11-14 y pensás que es un indigente, un chorro o un drogadicto”.

Crear la República de Balá y la Casa al Revés, sus Próximas metas

Aunque todavía no pudo inaugurar oficialmente el Obelisco de 12 metros que levantó frente a su casa en el barrio de Villa Ariza de Ituzaingó hace menos de un mes, Díaz ya tiene toda la ceremonia planificada y, por supuesto, será fiel a su estilo: hará un zoom entre el “Obelisco Padre” (el de Capital) y el “Obelisco hijo” (el de Ituzaingó).

“Vamos a colocar 6 maniquíes con distanciamiento social, de público y, desde acá vamos a hacer unas palabras alusivas”, asegura el creador de la réplica del monumento icónico de la Ciudad de Buenos Aires y explica que “primero es un homenaje a René Favaloro, quien fue muy conocido pero muy poco reconocido; y, segundo, va a tener una función social porque la gente puede venir con sus cosas para comer y tomar sin gastar dinero y seguir recorriendo”.

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Frente a su casa construyó un Obelisco a escala de 12 metros

La imaginación de Díaz no frena su vuelo y va por más. Ahora quiere construir una casa al revés: “Tenemos el lote comprado y los planos en marcha, pero todo esto de la pandemia y la crisis demoraron todo”.

El otro proyecto es constituir una república de “libertad, diversidad y fantasía” en homenaje a Carlitos Balá. La piedra fundamental de la república es la réplica del famosísimo Arco del Triunfo de París.

El sueño del arquitecto es crear la "República de Carlitos Balá", en homenaje al reconocido humorista y actor

El Arco del Triunfo francés fue construido entre 1806 y 1836 por orden de Napoleón Bonaparte para conmemorar la victoria en la batalla de Austerlitz; el de Ituzaingó, fue ideado por el arquitecto Rubén Díaz, para conmemorar a Carlitos Balá “por los cientos de batallas que ganó contra cientos de chupetes”.

El Arco de Balá, como lo nombró su ideólogo, fue inaugurado el año pasado y contó con la presencia del reconocido humorista y actor, acompañado por más de 5 mil vecinos.

El "Arco de Balá" es la edificación central de la República de Balá

Según su creador, la República de Carlitos Balá ocupará 4 cuadras, que llevarán nombres como “Angueto” y “Un kilo y 2 pancitos”; se entregarán pasaportes; y contará entre otras cosas con constitución, bandera, himno, muñecos en las esquinas, estatuas, un chupetómetro de 6 metros de alto y hasta sendas peatonales en 3D, como las que existen en Islandia, para que los peatones no puedan usar el celular al cruzar la calle ya que, si miran para abajo, sienten que se están por caer por la ilusión óptica y automáticamente levantan la cabeza.

Además, según Díaz, ya determinaron quiénes no son bienvenidos por la República de Balá: “Tienen prohibida la entrada Tom y Jerry, Los 3 Chiflados, el Correcaminos, el Gordo y el Flaco (Porcel y Olmedo); y Doña Florinda. ¿Cómo podemos concebir, estando en el año 2020, reirnos de que a un tipo le metan los dedos en los ojos”.

La República tiene su escudo, bandera y pasaporte. Las calles tendrán nombres como "¿Qué gusto tiene la sal?" o "Un Kilo y 2 pancitos"

El proyecto está presentado desde hace 3 años en la Municipalidad, aguardando la aprobación definitiva para poder avanzar, mientras tanto, el arquitecto sueña con que, en poco tiempo la República de Carlitos Balá se haga realidad.

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