DIA DE LA MEMORIA

Hebe de Bonafini: "El silencio es cómplice"

En el marco del Día de la Memoria, la Provincia hizo un acto del que participó Hebe de Bonafini. El recuerdo de la Dictadura y el mensaje a los jóvenes.

La Madre de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini participó del acto que encabezó Axel Kicillof en Casa de Gobierno por el Día de la Memoria, en el que relató anécdotas del horror que le tocó vivir a ella y al resto de las madres, y dejó un mensaje de apoyo a Cristina Kirchner.

"Es un día muy trágico para la Argentina y muy difícil de explicar que nos pasó a las familias cuando empezó este horror, está cacería, acompañada de silencio, de una sociedad silenciada", afirmó Hebe de Bonafini.

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Y rememoró una época oscura que, reconoció, se veía venir. "Algunas tuvimos la suerte de que nuestros hijos nos contarán en qué andaban. El país se venía abajo, ya desde la época de Onganía. Había anuncios de que algo más grave iba a seguir pasando. Sin embargo ellos y ellas seguían con esa alegría de la juventud", recordó.

Jorge Omar Bonafini desapareció en febrero de 1977, y en diciembre del mismo año también Raúl Alfredo Bonafini, su hermano, ambos hijos de Hebe. María Elena Bugnone, esposa de Jorge, fue secuestrada y desaparecida en mayo de 1978.

"El mismo momento que me llaman para decirme que no encontraban a mi hijo yo empecé a moverme. Y de ahí hace 45 años que no pare de estar en la calle", revivió la Madre de Plaza de Mayo ante el sentido aplauso de quiénes participaron del acto. "Mi hijo menor pasó a la clandestinidad, y se me desarmó la familia. '¿La familia que yo tenía dónde está?' pensaba".

Axel Kicillof y Hebe de Bonafini

La lucha de las Madres de Plaza de Mayo

Luego de contar cómo vivió el momento en el que secuestraron a su hijo, Hebe de Bonafini comenzó a relatar lo que fue la organización y la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, con el orgullo de "encontrarle la vuelta a esto de los derechos humanos".

"Costó mucho que hablemos de todos los hijos, porque había muchos que no estaban denunciados. Fue un paso muy importante también, porque hay familias que se quedaban mirando. Era demasiado fuerte lo que pasaba. La palabra desaparición es una cosa horrible", aseguró.

En ese sentido, Hebe se tomó un tiempo para reírse de la ingenuidad de las primeras acciones de las Madres, cuando todavía no eran una organización de derechos humanos. "Salir a la calle fue una decisión muy importante. Empezamos a ir en grupos a Iglesias, porque tenían información. Y le dejamos una carta al presidente. Todavía le decíamos Presidente... imagínense que ignorantes éramos. A pesar de que nuestros hijos nos contaban. Y no hablábamos de campos de concentración", recordó.

"¿Saben lo que más me aterra? El silencio de la población. Nadie salía a la calle", lamentó. "Así que nosotras nos quedamos con la ronda de la plaza. Lo más curioso es que la marcha caminando la inauguró la policía, porque cuando comenzamos a ser muchas, molestabamos. Ahí empezamos a caminar, porque circular no estaba prohibido", relató Hebe.

y siguió: "Ahí nos empezaron a meter presas. 'Vamos a empezar a ir todas presas', dijo una compañera. Así que decidimos ir todas juntas a las comisarías. Un día nos pusimos todas presas porque había dos compañeras presas. El comisario nos pedía que lo ayudemos un poco y nosotras le decíamos 'pero si usted nos puso presas '. Es que no había abogados que nos defiendan".

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"Nunca tuvimos miedo"

La visibilidad que comenzaron a tener las Madres de Plaza de Mayo las volvieron un objetivo para la Dictadura Militar, que comenzó a perseguirlas. Algunas fueron secuestradas y desaparecidas, como Azucena Villaflor, quien después se conoció que fue una de las víctimas de los vuelos de la muerte sobre el Río de La Plata.

"Esas acciones hicieron que tomarnos mucha fuerza. Las madres enfrentamos muchísimo, pero muchísimo, y nunca tuvimos miedo. No porque seamos valientes o corajudas, es que era tan horrible lo que nos pasaba que superaba todo lo que se pueda pensar", afirmó Hebe de Bonafini.

"Una estaba acostumbrado a la vida de familia y nos tuvimos que acostumbrar a la vida de la calle. Todo eso fue haciendo que las madres saliéramos de la cocina a la plaza. Ya la casa no era lo más importante para nosotros. Yo viaje todos los días parada de La Plata a Buenos Aires. No teníamos casa, nada, nos juntamos en la calle", recordó.

"Cuando empezábamos en las marchas en La Plata muchas madres no se animaban, iban a San Ponciano. Lo que hicimos fue que cuando salía algún compañero de la cárcel, lo traían muchas veces de un campo de concentración. Usábamos la iglesia para que nos dijera de quién tenía noticias, qué sabía. Las madres hacíamos cosas muy locas", siguió.

Y contó cómo hicieron llegar su lucha a Europa, alertando a las organizaciones de Derechos Humanos del continente. "Yo tenía un amigo en Aerolíneas Argentinas y le dije si no me prestaba una gorra. La descoci, le puse un boletín de Madres de Plaza de Mayo, la volví a coser y así cruzo el océano el boletín hacia Europa", relató bajo el aplauso de los presentes en el acto.

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La defensa a Cristina Kirchner y el pedido de "memoria con cuestionamientos"

En el último tramo de su discurso, Hebe de Bonafini pidió "hacer lo imposible". "Lo posible ya lo hacen los políticos, a nosotros nos toca lo imposible", bromeó.

"Yo agradezco este acto, pero la memoria sola no alcanza. Tiene que ser memoria con cuestionamientos. ¿Por qué nadie salió a la calle?, ¿por qué nadie habló?. El silencio es cómplice", señaló Hebe.

"Cuando pasó algo con Cristina, nadie dijo nada. Y yo decía 'cómo no vamos a decir nada, el silencio es cómplice'. Por eso lo único que tenemos de nosotros, que no nos podemos dejar quitar por nada, es la palabra", reforzó.

Por ultimo, pidió: "No hay juicio que pague esto. No van a alcanzar muchas marchas. Cuestionemonos cuántas cosas no hemos hecho. Y a los jóvenes les digo que el teléfono no sirve. Hay que dejar el teléfono y salir a la calle a gritar. Hay que decir y denunciar todo".

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