Que la historia del fútbol mundial ha sido influenciada por varias figuras argentinas no es ninguna novedad, pero si lo es que una revista inglesa elija a seis hombres de nuestro país entre los más influyentes de la historia no es un dato menor. Lejos de poner las históricas diferencias por delante del sentido común, el prestigioso envió Four Four Two (cuatro cuatro dos) hizo una minuciosa selección de los 50 futbolistas más influyentes de la historia y, entre las esperadas apariciones de Maradona y Messi aparecen cuatro historias puestas en valor y una de ellas es muy especial.
Dentro de ese listado de lujo que acumula nombres como los de Pelé, Marta, Zidane, Ronaldinho, Beckenbauer y Cantona por citar sólo algunas personalidades aparecen Osvaldo “Ossy” Ardiles, Amadeo Carrizo, Alfredo Di Stéfano, una versión apartada para José Manuel “Charro” Moreno y el hombre que se queda con la historia de hoy: Carlos Martín Volante.
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Antes de adentrarnos en la lista hay que tener en cuenta que hubo tres parámetros clave para la esta selección de estrellas: la evolución en el juego, los cambios históricos y de reglas y la modificación del mercado de pases y además aclara que no es una lista de los mejores 50, sino una de jugadores que definieron algo en el fútbol más allá de sus habilidades.
Los nombres de Diego Maradona, Alfredo Di Stéfano y de Lionel Messi caían de maduro y es enormemente valiosa la mención a lo que hizo Amadeo Carrizo por el puesto de arquero o lo que significó la polifuncionalidad táctica de Osvaldo Ardiles, sin embargo el menos conocido de todos los nombrados es alguien que, paradójicamente, todos nombran sin muchas veces conocer: Carlos Volante, el hombre que le dio su apellido al puesto.
¿Quién fue Carlos Martín Volante?
Tan determinante fue la aparición de este hijo de ciudadanos del primer loteo de Villa General Paz en lo que es hoy el centro de Lanús Este en 1905 que su apellido fue quien le dio el nombre a un puesto clave en el fútbol. Si existen los volantes es porque a dos cuadras de la cancha de Lanús, nació este jugador que con 17 años fue reclutado por el servicio militar en 1924, tras 12 partidos en primera según recuerda Fortaleza Granate.
A su regreso jugó en San Martín, Platense, San Lorenzo, Vélez y la Selección entre 1926 y 1930 y fue integrante de la primera camada de argentinos en emigrar a Europa. En su paso por Italia vistió las camisetas de Nápoli, Livorno y Torino. Sin embargo, un peligroso contexto político iba a cambiar su historia y la del fútbol mundial. Volante estaba en pareja con la hija de una familia diplomática que fue perseguida por el gobierno fascista de Benito Mussolini que lo quería reclutar para el ejército.
Volante huyó por la frontera suiza y así encontró la tranquilidad que buscaba y continuó su carrera en Francia donde jugó del 34´al 38´. Con el inminente comienzo de la guerra Volante ingresa por un contacto a la Selección de Brasil como masajista y logra escapar de Europa para ponerse la camiseta de Flamengo en 1938 y con su dinámica darle nombre a un puesto que aún no era conocido como tal.
Carlos Martín, el hijo del conurbano, se paraba sólo en el medio de la cancha para distribuir el juego de un equipo que sorprendía al mundo. Flamengo fue tres veces campeón carioca (1939, 1942 Y 1943) y su apellido era una referencia. Su vuelta a Lanús, como exitoso jugador suró poco tiempo ya que todo era distinto entonces. Volvió a Brasil para continuar su carrera como técnico y tras un breve retorno a finales de los 80´volvió a Italia donde falleció en 1988.
“Parate como Volante, jugá de Volante”.
La definición de la revista inglesa sobre el bonaerense que se coló entre Maradona y Messi es la siguiente: “Carlos Volante, uno de los primeros ejemplos de un defensor puro utilizado en el mediocampo, dio su nombre a la posición de Segundo Volante. El argentino era tenaz, atlético y capaz de cubrir mucho terreno. Se hizo un nombre en Argentina antes de venir a Europa y ayudó a definir la idea de que las ganancias de la pelota se utilicen más arriba en el campo, lo que a su vez ha llevado a la idea de presionar”
