La Selección Argentina de vóley coronó una actuación histórica en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con una medalla de bronce. Luego del triunfazo nacional ante Brasil en el partido por el tercer puesto, y en medio de un clima de festejo, Sebastián Solé dejó un mensaje con un pedido tan importante como la celebración.
“ El voley está a punto de desaparecer en Argentina ”, afirmó el central de 30 años que se desempeña en el Perugia de Italia, poniéndole voz a un pedido de ayuda para una disciplina muy golpeada por la pandemia en el país: en la última liga Bolívar desistió de participar y el número de equipos fue el más bajo de su historia.
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En este sentido Solé manifestó su deseo de que este logro en Tokio 2020 pueda despertara el interés de los más chicos: “Espero que esto sirva para que muchos nenes lo jueguen y lo puedan disfrutar, es un deporte hermoso. Ojalá esto sirva y sea el empujón que necesitamos. Hoy le dimos una alegría a la gente ”.
“Les pido a los que están que lo banquen, que lo apoyen. Yo sé que hay problemas económicos pero este es un deporte muy lindo que une a mucha gente”, cerró el jugador de Argentina en la transmisión televisiva de TyC Sports, aprovechando un momento único en Juegos Olímpicos para pensar en pos del bien del deporte.
¿LA HORA DE LA DESPEDIDA?
“ Puede que sea mi último partido, no lo sé. Tengo ganas de darle bola a mi familia, de disfrutar de ella. Ojalá que todos los que sigan en el vóley lo aprovechen”, se sinceró Solé luego de su participación en Tokio 2020, que fue la tercera en Juegos Olímpicos, ya que había integrado el plantel nacional en Londres 2012 y Río 2016.
Por último Solé le envió un mensaje a su esposa, con quien tuvieron un hijo, Santiago, el 20 de junio luego de un embarazo complicado: “Le quiero agradecer a mi mujer todo esto porque me dio un empujón y me banca cada día. La verdad estuve al borde de no venir. El embarazo fue difícil, tuve muchas dudas y me empujaron todos a hacerlo ”.