Vuelve a casa

Marcos Rojo en Estudiantes: del niño hincha, al jugador ídolo

Faustino Marcos Alberto Rojo es Estudiantes. Como en su casa y en el barrio, el defensor se formó y aprendió en el club. Desde hace años se transformó en un embajador del León por el mundo. Desde su humilde casa y con un tremendo sacrificio, llegó a triunfar en un deporte muy complejo. Entre grandes logros, disputó una final del mundo con la camiseta Argentina.

La pelota y los amigos en el potrero lo acompañaron a lo largo de su vida. Como muchos en este país, se crió en un barrio humilde donde el entretenimiento y el pasatiempo era jugar a la pelota. Así llegó a jugar en Malvinas y darle inicio a una carrera que lo llevaría a lo más alto.

Su familia y sus amigos siempre se quedaron en el barrio, cerca de la cancha de Malvinas, ubicada en 140 y 528. Desde allí vivieron cientos de historias de sacrificio y superación, hasta que un día su vida y la de su entorno cambiaron para siempre. Los que lo vieron irse a entrenar hasta City Bell en bicicleta, también lo vieron subirse a un Rolls-Royce.

Esa humildad que lo caracteriza y que es símbolo de su familia, es la que mantuvo cuando llegó a Primera en su amado Estudiantes de La Plata. Ese debut que se dio el 7 de diciembre de 2008, cuando reemplazó a Diego Galván a los 80 minutos del partido ante Colón, fue seguido de cerca por sus papás y sus hermanos.

Su familia siempre recuerda ese día, y mucho más los años siguientes. Su mamá, Carina, fue el sostén de la familia. Su papá, Tití, se las rebuscó toda la vida como vendedor ambulante (flores, churros y bolas de fraile). Los Rojo llegaron a Primera.

En Estudiantes jugó hasta el 2010, cuando fue transferido por dos millones de euros al Spartak de Moscú. De Rusia emigró a Portugal, donde vistió la camiseta del Sporting de Lisboa y desde el 2014 se convirtió en jugador del Manchester United.

Su historia con el León es muy rica y está llena de particularidades. Logró el sueño del pibe, ser campeón con el club del cual es hincha. Pero no fue el único sueño, también logró ser un jugador importante en la Selección Argentina.

Disputó dos mundiales, subiéndose al podio en el 2014, y tres ediciones de la Copa América. Justamente, vuelve a Estudiantes, para volver al Seleccionado. Una historia de sacrificio, llena de amor y de alegrías. 

 

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