Nombres y esquemas

El pizarrón de Milito: ¿Cómo cambió el equipo del Mariscal?

La temporada 2019/20 no inició de buena manera para Estudiantes, que al cabo de nueve partidos contando Superliga y Copa Argentina tiene más dudas que certezas en torno al juego del equipo y también a su situación en la tabla de los promedios.

Gabriel Milito no le ha encontrado la vuelta al plantel que tiene, y eso es un hecho: en nueve partidos, sea por lesiones o malos rendimientos, ha cambiado tanto de esquema que ha utilizado nada menos que cuatro dibujos diferentes en sus nueve actuaciones.

El DT inició el semestre con un 4-4-2 tradicional por Copa Argentina, pero luego lo usó únicamente en una oportunidad, ante Independiente y a través de un cambio de última hora, ya que en la previa todo hacía indicar que iba a presentar una línea de tres en el fondo.

Su segundo esquema táctico fue el 4-3-3 que se vio tanto ante Aldosivi como frente a Banfield en los dos primeros partidos de Superliga, y el tercero, luego de amagar ante el Rojo, fue el 3-5-2 que se observó tanto con Godoy Cruz como luego con Vélez y Boca.

Ya en los últimos encuentros ante Patronato y Arsenal, ante la baja de Ángel González, el entrenador Albirrojo resolvió el ingreso de Gastón Fernández y con él un nuevo cambio de sistema, al comenzar a parar el equipo con un 4-2-3-1.

 

LA LÍNEA DE FONDO


La defensa es quizás su principal déficit, y en esa zona la suerte tampoco lo ayudó: tuvo a su mejor jugador, Gonzalo Jara, lesionado buena parte de la pretemporada, y a su juvenil con mayor proyección, Facundo Mura, sin la mejor preparación por haber ido al Mundial Sub 20.

Tanto Jara como Mura se perdieron el inicio del semestre, y en los primeros partidos ante Mitre y Aldosivi el DT debió recurrir a Nazareno Colombo, casi de manera improvisada, ante la impensada partida de Gastón Campi y frente a las demoras en la llegada de Juan Fuentes.

La presencia y sobre todo la continuidad de Facundo Sánchez en el once de arranque ha sido uno de los puntos de mayores críticas. El volante, que hace tiempo que se desempeña como lateral, llegó a jugar ocasionalmente de stopper con la línea de tres, pero no lo hizo bien.

Jonatan Schunke fue el otro blanco de las críticas por sus flojos desempeños, que en parte pueden explicarse por tanto cambio: ante Patronato fue el único partido en el que compartió zaga central con Jara en una línea de cuatro como lo habían hecho en el primer semestre.

 

DEL MEDIO HACIA ADELANTE


El mediocampo Albirrojo inició la temporada con un doble cinco mixto en el que Iván Gómez aportó la marca y Nahuel Estévez puso el juego, pero rápidamente el esquema varió, y con el nuevo dibujo Enzo Kalinski se sumó a ellos dos para los partidos siguientes.

Seguramente en la previa del inicio del campeonato el once ideal que pensó Gabriel Milito debe haber tenido a Ángel González y a Matías Pellegrini aprovechando su velocidad por los costados, pero solo jugaron allí en los dos encuentros iniciales del semestre.

Pellegrini se lesionó ante el Tiburón y el ex Tomba mutó en delantero ante la falta de opciones en ataque para el partido frente a Independiente. En ese sector se desempeñó en los tres partidos posteriores, con Godoy Cruz, Vélez y Boca, antes de salir por lesión.

En el fondo la línea de tres se mantuvo por esos tres encuentros, aunque el medio varió: con los mendocinos Kalinski jugó más atrás y Estévez acompañó en la creación a Diego García, pero luego el uruguayo quedó suelto y entró Gómez por Estévez para reforzar la marca.

Finalmente, en los últimos partidos, Milito se decantó por un 4-2-3-1 en el que Kalinski y Gómez conformaron un doble cinco claro. La Gata Fernández funcionó como enlace, y los uruguayos desbordaron por los costados con Fede González como única referencia de área.

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