Fútbol femenino

Una demanda que le abre la puerta al debate del profesionalismo

Macarena Sánchez Jeanney fue durante la primera parte de la temporada una de las futbolistas que integró el plantel de la UAI Urquiza, equipo campeón del último certamen, pero esta semana anunció que no seguirá en la institución y abrió el juego al debate.

¿Qué pasó? El  club le comunicó a través del DT, Germán Portanova, que quedaba desvinculada de sus funciones como jugadora, aduciendo “cuestiones deportivas”. Esto sucede a mitad de torneo, cuando por reglamento ninguna futbolista puede cambiar de club durante el mismo.

La jugadora, entonces, tomó la decisión de reclamar por la regularización de su situación laboral junto a sus abogadas, integrantes de Abofem Argentina, a través de una intimación extrajudicial tanto al club como a la AFA para que se la indemnice en su carácter de futbolista.

Este caso puntual, además de la polémica que acarrea en torno al accionar del club, abre el juego hacia una problemática mucho más amplia: el amateurismo de las futbolistas en Argentina, y la necesidad de profesionalizar la actividad que realizan.

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EL DEBATE DEL PROFESIONALISMO


El fútbol femenino hoy en Argentina es una disciplina amateur, al menos en los papeles, y eso es lo que este caso pone sobre la mesa, una necesidad que atraviesa a todas las jugadoras de fútbol argentino, que buscan que se las reconozca como trabajadoras del deporte.

Mientras los directivos de la UAI Urquiza y los de AFA evitaron por ahora dar respuestas oficiales, son varias las futbolistas que se han hecho eco de lo que sucedió con Macarena y todas coinciden en que este es el siguiente paso para seguir mejorando el fútbol femenino.

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