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Santiago, el Solari que nadie recuerda en Estudiantes y que hoy dirige al Real Madrid

El pasado domingo se disputó un nuevo derby de esos que paralizan al planeta tierra entre Barcelona y Real Madrid, con un sorprendente 5 a 1 Culé que desató lo que hacía algunas semanas se había empezado a cocinar: la salida de Julen Lopetegui del banco Merengue.

El ex técnico de la Selección de España hasta hace solo unos meses volvió a ser despedido de manera polémica, con un duro comunicado por parte de la dirigencia que, mientras busca a su reemplazante, designó a un viejo conocido del Pincha como DT: Santiago Solari.

Seguramente muchos de los que lean estas líneas, la gran mayoría, pensarán que se trata de un error, pero no, lejos de eso: el ex jugador de River, que luego ganó todo en el Madrid, tuvo un breve paso por Estudiantes allá lejos en el tiempo, hace casi 25 años.

 

LA HISTORIA DEL INDIECITO


Nacido en una familia sumamente futbolera, Santiago comenzó a relacionarse con la pelota desde antes de empezar a caminar. Sus primeros pasos en Primera División los dio en River en 1996, cuando se encontraba estudiando el Profesorado de Educación Física en el Cenard.

Su trayectoria luego de eso es harto conocida: fue vendido al Atlético de Madrid en 1999, desde donde recaló en el Real un año y medio más tarde. Allí ganó todo, y en 2005 fue transferido al Inter de Milan. En 2008 volvió a América y jugó en San Lorenzo, Atlante y Peñarol antes del retiro.

Sin embargo antes de hacerse un nombre tuvo un recorrido extenso para tan corta edad. Muchos recuerdan sus inicios en Newell’s  a los 10 años y su posterior regreso en 1995, o luego su paso por Renato Cesarini, un club fundado en 1975 entre otros por Jorge y Eduardo, su tío y su padre.

Pero son menos ya los que rememoran su breve paso por el equipo del Richard Stockton College de Nueva Jersey durante algunos meses de 1994, y sin lugar a dudas son muy pocos los que tienen presente que, antes de partir rumbo a los Estados Unidos, fue uno más en City Bell.

 

SU PASO POR EL LEÓN


Hablar de los meses en los que Solari estuvo en Estudiantes es hacerlo sobre algo de lo cual no hay mayor registro que el fotográfico: el Indiecito no jugó ni siquiera un minuto, ya que solamente entrenó junto al plantel principal sin tener la chance de vestir la casaca Albirroja.

De la mano de su papá, que era el entrenador, el incipiente mediocampista rosarino trabajó junto al grupo de Primera entre 1993 y 1994 con solo 17 años, y llegó a hacer una pretemporada junto a aquel plantel. Antes ya había pasado por el club en Pre-Novena y Novena.

Fue mi estreno con un plantel profesional”, recordó el propio protagonista en diálogo con la Revista El Gráfico en el año 2011. “Trabajé a la par de todos, aguantando las puteadas y yo también puteando a mi viejo, que nos mató”, agregó. En la foto se lo ve abajo a la derecha.

En aquel plantel había jugadores importantes para la historia reciente del club: estaban Edgardo Prátola, Martín Palermo, Rubén Capria, Juan Sebastián Verón y José Luis Calderón entre otros. “Verón se destacaba, y a Palermo ya se le notaba la locura”, contó al respecto.

Eduardo Solari llegó a Estudiantes fines de 1993, iniciando el segundo de sus tres ciclos en el club: el anterior fue entre 1988 y 1990, y el siguiente sería en el 2000. Ese segundo paso por el León fue muy breve: solo duró cinco partido entre finales de 1993 y comienzos de 1994.

Con un solo partido dirigido en el nuevo año el DT decidió irse para ser ayudante de su hermano Jorge en la Selección de Arabia Saudita, despertando el lógico enojo de la CD. El equipo árabe llegaría luego a Octavos en el Mundial de Estados Unidos. El Pincha perdería la categoría.

 

EL EQUIPO DE LA FOTO


Con la salida de su padre Santiago también partió, pero igualmente en el Pincha quedaron varios nombres que, más tarde, serían de suma importancia para el club y para el fútbol argentino. La Bruja es el más emblemático, pero como quedó claro más arriba, no es el único.

Verón, Capria, Prátola y Calderón serían pilares fundamentales un año más tarde en la reconstrucción Albirroja con el imponente título de la B Nacional que le permitió un rápido regreso, pero en esa pretemporada recién venían atravesando sus primeros torneos.

La Bruja solamente tenía un partido, no en Primera sino por la Copa Centenario, mientras que Caldera apenas superaba los 40 partidos y no llegaba a los 10 goles. El Mago y el Ruso eran los de mayor experiencia, en un grupo que también contaba con otros nombres de peso.

Algunos de ellos tenían un lugar ya adquirido dentro del plantel, como Arturo Yorno, Ricardo Iribarren, Adrián Paz, Daniel Pighín o el Loco Gabriel González, mientras que otros explotarían más adelante, quizás lejos de Estudiantes, como Gastón Sessa, Claudio París y Gastón Córdoba.

El Pincha venía de un pésimo Apertura que no había terminado, ya que las últimas cuatro fechas habían quedado para 1994, y corría serio riesgo de descenso. Luis Garisto comenzó como DT, pero había renunciado tras el Clásico, y después de un interinato de Higinio Restelli llegó Solari.

Sin embargo Eduardo se fue rápidamente y el club debió contratar de apuro a Enzo Trossero, que no le encontró la vuelta y se fue tras caer con Huracán en la fecha 11 del Clausura. Héctor Vargas y Roberto Ávalos asumieron en el cierre del torneo, pero no pudieron evitar la pérdida de categoría.

 

LA DINASTÍA SOLARI


Hablar de los Solari es hacerlo sobre una familia que indudablemente se encuentra ligada al fútbol. Tanto Eduardo como Jorge, padre y tío de Santiago, ya fueron mencionados, pero eso no es todo: esta es una historia que también involucra a primos y a hermanos.

Esteban y David son sus hermanos menores, uno argentino y el otro colombiano, ya que nació cuando su padre estaba dirigiendo a Junior en 1986, y ambos se dedicaron al fútbol. Augusto, su primo, surgió de River y ahora se encuentra jugando en la Primera de Racing.

Este último es fácilmente recordado por los hinchas del Pincha, ya que pasó entre 2016 y 2017 por el club, pero no fue el único: Esteban también jugó en Estudiantes, aunque en Inferiores y en Reserva, sin llegar a tener la chance de debutar en Primera División.

La relación de la familia con el fútbol es bastante fuerte, y también con Estudiantes. Eduardo, ya fue dicho, dirigió al Pincha en tres oportunidades, pero lo que no se dijo es que Jorge, su hermano y tío de Santiago, vistió la camiseta del León hace casi 50 años.

El Indio original, de quien surge el apodo, llegó a Estudiantes después de jugar en Newell’s, Vélez y River para disputar la temporada 1970, en la que fue parte de la última de las tres Copas Libertadores que ganaría el Pincha de manera consecutiva.

Mi familia es una familia extraña: mi viejo es de Central, mi vieja de Newell’s y mis hermanos de Estudiantes”, dijo el Indiecito en aquella nota con El Gráfico, en la que dejó en claro ese cariño que siento por el club en el que pocos recuerdan que estuvo: “A mí también me gusta Estudiantes”.

 

DEL LEÓN AL MADRID


Santiago Solari hoy está lejos de ser aquel joven que supo vivir su primera pretemporada con un plantel profesional en el Pincha. Retirado ya de la actividad futbolística desde 2011 y con 42 años de edad, el ex volante que también jugó para Argentina ahora es noticia como DT.

Mientras buscan a Antonio Conte para que se haga cargo de un equipo repleto de estrellas como acostumbra a tener el Real Madrid, el ex volante que en cancha supo quitarles minutos a leyendas como David Beckham, Luis Figo y hasta Zinedine Zidane será el entrenador interino.

Desde 2016 el rosarino dirige al Castilla, equipo filial del Madrid que participa en la Segunda División de España. Antes, desde 2013 y luego de realizar exitosamente el curso de DT de la UEFA en Madrid y también el de la Federación Española de Fútbol, trabajó en Inferiores.

Solari debutará hoy ante el Melilla por la Copa del Rey, y será el cuarto argentino en dirigir al Real. El último entrenador nacional en el Madrid había sido Jorge Valdano entre los años 1994 y 1996. Antes, además, habían pasado Antonio Carniglia y el mítico Alfredo Distéfano en dos etapas.

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