Mano a mano con CIELOSPORTS

Juegos Olímpicos: La dupla del Beach Voley se planta e ilusiona

 

Brenda Churín y Delfina Villar pasean y disfrutan de la Villa Olímpica. No se separan. Por la mañana recorren la zona residencial y responden preguntas de periodistas. Entrenan y trabajan en el gimnasio. Esa dupla que se muestra sólida en la cancha, también lo es afuera, compartiendo experiencias de una vivencia única en sus vidas.

 

Las chicas que se dejaron todo de lado para perfeccionarse y estar a la altura de un Juego Olímpico de la Juventud, representan a la Argentina en Beach Voley y se ilusionan con su rendimiento. Destacan a las rivales y se ríen cuando hablan del aliento que reciben de cientos de argentinos en cada partido. Juntas dialogaron con CIELOSPORTS.

 

 

 

UNA DUPLA FIRME


 

 

Delfina Villar y Brenda Churín supieron construir una dupla. Saben jugar en equipo y lo demuestran en cada momento en la Villa Olímpica. Después de una derrota en el comienzo, se impusieron en su segundo partido y consiguieron el pasaje a la próxima instancia. Hoy buscarán una victoria que les de un mejor cruce en la siguiente fase.

 

Reflexiva pero relajada, Delfina Villar analiza con CIELOSPORTS los partidos disputados y destaca que “arrancamos contra Suiza y perdimos 2 a 1. Después jugamos y ganamos ante Australia y ahora nos queda contra Estados Unidos. Ya estamos clasificadas pero queremos ganar esta tarde para tener otro cruce en la instancia que viene”. Y agregó: “los rivales son todos fuertes. No nos tocó un rival accesible, todos juegan bien. Pero no nos sentimos menos y estamos a la altura”.

 

A su lado, Brenda Churín, agrega que “a las australianas no las teníamos vistas. A las suizas si, y sabíamos que eran muy duras y prolijas. A diferencia de ellas, las australianas no fueron tan prolijas y estando tan metidas, pudimos marcar diferencia”.

 

 

ARGENTINA Y UN AIENTO PARTICULAR


 

 

Brenda Churín y Delfina Villar se ríen y sonrojan cuando son consultadas por el público argentino. Buenos Aires 2018 les dio la posibilidad de jugar sus partidos rodeadas de familiares, amigos y cientos de hinchas que se acercan a alentarlas. Si bien están acostumbradas a competir, hacerlo con hinchada propia aún les resulta extraño.

 

“Esto superó mis expectativa. Había muchísima gente, y me motiva muchísimo jugar con ese aliente, me gusta mucho. Además está la familia, vino casi todo el pueblo”, se ríe y sintetiza sus emociones Delfina Villar.

 

Su compañera y amiga, Brenda Churín se suma y agrega: “me encanta jugar con tanta gente. Es muy lindo ver a mi familia y amigos. Se siente diferente convertir un punto y que lo griten todos. Es una motivación”.

 

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