Juan Aude es el jugador más reconocido de los Topos, el seleccionado nacional de básquet para sordos, y en las últimas horas hizo un anuncio triste para este deporte a nivel nacional: no seguirá siendo parte del equipo de acá en adelante. Los jugadores se endeudaron para jugar el Preolímpico, en el cual salieron segundos y consiguieron clasificar a los Juegos Olímpicos de Turquía 2017, y agobiado por la presión que eso le genera decidió dar un paso al costado.
“Yo hace cinco años que vengo cargando mucho estrés, para mí jugar no es una alegría. Me pesa, tengo mucha presión”, contó quien en la ciudad de La Plata está identificado con Atenas, y de hecho viene de ganar el Apertura el pasado fin de semana con el Griego, en referencia al Estado y a las empresas que por ahora les dieron la espalda y los llevarían a la desaparición.
Justamente sobre esta decisión comunicó: “Formalmente a partir de hoy, viernes, me voy a hacer a un lado de los Topos. No voy a participar más, no voy a llevar la capitanía ni jugar más, por lo menos hasta que desde la Federación de Básquet y que la Confederación de todos los deportes sordos nos den una respuesta y nos apoyen”.
“Siento que tengo que traer una medalla porque la gente viene a mi casa y me dice ‘tomá, te doy mis ahorros y andá’. A mí se me caía la cara”, contó avergonzado, y recordó lo que fue participar después de eso: “Yo fui por una medalla, no como por ejemplo las chicas de handball que dicen ‘vamos a disfrutar y no importan los resultados’”.
A su decisión se suman sus compañeros, y por eso el equipo entero corre peligro: “Me da mucha pena, ellos son mi familia. Nos mensajeamos todos los días. Ellos me apoyan y ellos quieren seguir conmigo, si yo me voy ellos se van. Ya se los comuniqué y fue increíble el apoyo que me dieron. Hoy por hoy están desapareciendo los Topos”.
“Siempre la CABB estuvo muy predispuesta, pero por estatuto no nos pueden ayudar porque no pertenecemos a la CABB sino a la CADES”, explicó en referencia a la Confederación Argentina Deportiva de Sordos, y cerró con una posible solución: “Desde la CABB no nos pueden dar plata, pero que nos ayuden por ejemplo con la marca de ropa para que tengamos ropa para vender, o con algún contacto”.