Jeremías Merlo genera expectativa. El pibe, que no volvió a ser el mismo tras la lesión que sufrió ante Newell’s hace unos cuantos meses, hizo una gran pretemporada y pinta para ser titular en el inicio del torneo, cuando Gimnasia reciba, el sábado próximo, a Instituto en El Bosque.
Tras haber sumado minutos durante el primer semestre en la divisional Reserva, Jeremías Merlo volvió a trabajar con el plantel de Primera División y en este caso a aparecer, nada más y nada menos, que en el equipo titular.
El juvenil de 19 años es una de las grandes promesas del Lobo y volvió a tener preponderancia en el equipo titular, ya que fue uno de los jugadores destacados de los amistosos de Gimnasia de pretemporada. Merlo se desempeñó como extremó por izquierda y supo desenvolverse de buena manera, aprovechando sus cualidades futbolísticas.
El juvenil tripero realizó la pretemporada de verano junto al plantel principal tanto en Abasto como en Uruguay, pero no pudo disputar los amistosos de la Serie Río de La Plata, por una molestia muscular. Merlo disputó dos encuentros en Primera División en el año, ingresó ante Godoy Cruz en el Bosque y también ante Deportivo Español por Copa Argentina. Pero gran parte del semestre trabajó con la divisional Reserva, donde disputó 13 partidos. y marcó dos goles.
La humildad a flor de piel
Merlo nació en el año 2006 en la Ciudad de La Plata, está radicado en Los Hornos y sus primeros pasos futbolísticos fueron Alumni, donde deslumbró en la Liga Amateur Platense. Un video casero que hizo su familia se viralizó en el año 2021 y le dio la posibilidad de conseguir una prueba en el Lobo.
A Gimnasia llegó con edad de Octava, pero por estar cerradas las fichas de AFA comenzó su carrera jugando en la Liga Metropolitana. A inicios de 2023 lo sorprendió el llamado del coordinador Gabriel Perrone para hacer la pretemporada con Reserva, donde debutó con 16 años, ingresando en el complemento en un encuentro frente a Defensa y Justicia.
Merlo habló, hace algunos días, con el programa partidario Triperomaníacos y allí contó una historia muy particular. “Mis representantes me hicieron elegir una casa o un auto. Y elegí la casa, para mi familia. Para que estemos más cómodos. Cuando les dije, no me creían. Y yo no caía hasta que llegamos ahí”, explicó, en una declaración que lo pinta de cuerpo entero.
Hoya dejó atrás las lesiones en base a un trabajo especial de musculación y sueña con afianzarse en la era Orfila: “Él me pide que vaya para adelante. Si tengo dos, puedo volver. Pero sino, que juegue el mano a mano. Me pide que vaya decidido y elija con decisión, si gambetear o patear”.