El lunes pasado Estudiantes se despidió de la Copa Diego Maradona con una nueva derrota. Así finalizó su participación en una competición en la que solo ganó uno de sus once partidos, y en la que lo único positivo fue el rol protagónico que tuvieron varios de sus juveniles.
Justamente en materia de Inferiores se dio una situación particular dentro del campo de juego en la recta final del encuentro que disputó ante Central Córdoba de Santiago del Estero: durante los últimos minutos del partido terminó jugando con todos pibes del club.
Sin contar al arquero, Mariano Andújar, y teniendo en cuenta que en el terreno de juego había nueve jugadores de campo dado que Leonardo Godoy se había ido expulsado minutos antes, en los ocho minutos finales del encuentro hubo nueve productos de la cantera de Estudiantes.
A los 37 minutos de la segunda parte Pablo Quatrocchi decidió que Gaspar Di Pizio salte al terreno de juego del Estadio de UNO en reemplazo de Martín Cauteruccio para aportarle frescura al frente de ataque en el cierre de la copa, y así fue como se hizo posible esta peculiaridad.
Previamente a los 8 y a los 30 de la segunda parte habían dejado el campo Mauro Díaz y Diego García, los otros dos jugadores no formados en la cantera que quedaban en cancha. Por ellos el cuerpo técnico había dispuesto los ingresos de Iván Gómez y de Facundo Mura.
Con estas variantes tanto la defensa como el mediocampo y el ataque quedaron conformados con jugadores formados por Estudiantes, empezando por los centrales Mauricio Guzmán y Nazareno Colombo y el lateral Iván Erquiaga, a quienes luego se sumó Mura.
En la zona media David Ayala fue el motor central del equipo y junto a él terminaron Lucas Rodríguez y el ingresado Gómez. Finalmente en el ataque el compañero de Di Pizio, recostado sobre el costado, fue otro valor de Inferiores que saltó desde el banco: Carlo Lattanzio.