Gimnasia se fue airoso del Estadio Pedro Bidegain. Su principal intención fue no perder, lo logró, y se llevó un punto para sumar en el torneo Clausura, el primero del ciclo de Alejandro Orfila. San Lorenzo lo superó, tuvo las situaciones más claras, pero no logró romper el cero, en parte por impericias propias y en parte por la importante figura de Nelson Insfrán.
El equipo de Orfila sufrió el partido en muchos momentos del juego. Aunque sin ser muy claro, el Ciclón fue el que tomó las riendas del encuentro y el que más propuso. Durante el primer tiempo dominó de principio a fin, dado que el Lobo se refugió cerca de Insfrán, esperó en el fondo y jugó a salir de contra. En ese tramo, como ocurrió en el Bosque, Gimnasia encontró en su arquero al mejor jugador del equipo.
En el complemento, con los ingresos de Panaro y Seoane, el técnico uruguayo buscó ganar amplitud y preocupar al equipo local en el fondo, algo que logró apenas un par de minutos hasta que los dirigidos por Damián Ayude se asentaron en el terreno de juego.
Con el correr de los minutos, el mediocampo comenzó a desaparecer y la pelota pasó de área a área con mucha rapidez. Un pasaje del partido en el que San Lorenzo quedó mal parado en varias oportunidades y dejó espacios en el fondo que no pudieron ser aprovechados por el Lobo, que una vez más expuso la falta de poderío y fuego ofensivo.
Los cambios que dispuso Ayude volcaron a su equipo en ataque y Gimnasia volvió a replegarse en el fondo, defendiendo muy atrás y sufriendo el partido. En los minutos finales San Lorenzo lo acorraló y mereció algo más que el equipo de Orfila, que intentó hasta el final mantenerse ordenado en el fondo y conformarse con no perder.
No fue una buena actuación de Gimnasia en el Nuevo Gasómetro. Priorizó el aspecto defensivo y mantener el arco en cero, algo que logró gracias a Insfrán y a la falta de eficacia del rival, que generó mucho pero no puedo concretar. Con ese objetivo cumplido, el equipo de Orfila logró llevarse un punto de una cancha complicada y sumar.