El 2004 era un año de redención para la Selección argentina dirigida por Marcelo Bielsa tras el fracaso en el Mundial de Corea – Japón de 2002. A dos años del puñal en la Copa del Mundo que lo tenía como máximo candidato el equipo aceitaba el funcionamiento y, de la mano de una fuerte renovación, encaraba una nueva etapa que culminaría con el primer Oro Olímpico de la historia de nuestro fútbol pero, un mes antes, una de las figuras de Brasil le robaba la Copa América de las manos.
El partido estaba 2 a 1 a favor de Argentina y se jugaba tiempo de descuento (de hecho, el Chelito Delgado ya había intentado matar el reloj en el banderín del córner rival) pero apareció quien era el delantero sudamericano más potente en el mundo: Adriano. El Emperador Adriano que así recuerda el gol que llevó el partido a los penales que luego favorecerían a la verdeamarelha: “Balón alto en el área. Confusión. Cuerpos. Codos. ¡No podía ver nada! Si miran el video, levanté el codo para golpear a alguien. De repente, el balón estaba en mi pie. Un regalo del cielo“.
Por entonces Adriano, era el delantero de Inter, el hombre de un 1, 90 y 95 kilos que aparecia para reemplazar al mismísimo Ronaldo, sin embargo su historia tendría un giro dramático que contó en The Players Tribune quien pasó de verdugo y emperador a perder las ganas de todo: “Nueve días después de ganar la Copa América 2004, recibí una llamada a casa. Me dijeron que mi padre había muerto. Después de ese día, mi amor por el fútbol nunca volvió a ser el mismo. Cuando jugaba al fútbol, jugaba para mi familia“.
“Cuando murió mi padre, el fútbol nunca volvió a ser el mismo para mí”, contó quien en 2008, Adriano se sintió perseguido por la prensa italiana y se vio abrumado por la presión de Mourinho, entonces entrenador de aquel poderoso Inter: “Ya no aguantaba más. Ya no podía jugar con esa pasión. Luego me llamaron para jugar”. la selección brasileña y, antes de marcharse, Mourinho le dijo: ‘No vas a volver’. ‘Sí, ya lo sabes’. Y nunca volví. Sí, tal vez renuncié a millones. ¿Pero cuánto vale tu tranquilidad? ¿Cuánto pagarías por recuperar tu esencia?”
Tras la salida de Europa recalaría en San Pablo luego en Flamengo, regresaría un corto tiempo a Italia para jugar en Roma pero volvería a Brasil para jugar en Corinthians, Flamengo y Athlético Paranaense ante de un reito fugaz en Miami United de la MLS cuando ya su vida no era la de un deportista de élite, hoy es común que los turistas lo vean en los bares de su lugar de residencia: “Siempre he estado muy orgulloso de ser el Emperador. ¡Pero sin Adriano, el Emperador no sirve! Adriano no lleva corona. Adriano es el chico de la favela que fue tocado por Dios. ¿Lo entiendes ahora? ¿Ves? Adriano no desapareció en las favelas. Simplemente se fue a casa”.