Una historia de película: se sobrepuso al bullying y llegó a la elite mundial del deporte acuático
Paloma camina por los pasillos de uno de los tantos colegios privados de la ciudad de La Plata, tiene menos de 15 años. Quizás sepa, quizás no, pero se desarrolla en medio de una edad cruel, donde el bullying puede dejar marcas difíciles de sacar. Ella es rubia, deportista, y para la sociedad a la que casi todo le entra por fotos, es un prototipo “cool”. No parece ser un blanco de crueldad. Pero lo fue. “Me molesta tu presencia, morite”, le gritaron en alguna ocasión. Sus compañeras le desearon la muerte y también le pegaron. No le pasó en un colegio, le pasó en dos, se encarga de clarificar, sin rencor, pero con memoria.
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Esa misma Paloma, que hoy encontró la tranquilidad en la secundaria de escuela pública, se transformó en la primera mujer argentina en clasificar al Masters de esquí acuático y wakeboard con sólo 16 años y una historia de superación que sólo se explica desde el apoyo familiar y la pasión por el deporte.
“La experiencia fue súper. Increíble”, le cuenta Giordano a INFOCIELO. Su voz denota un cansancio que sólo se equilibra con el entusiasmo y la satisfacción que le genera estar entre las mejores del mundo. El Master clasifica a los cinco mejores del mundo por disciplina y ahí esta Paloma, la que padecía por su sola presencia en esas escuelas privadas de La Plata, pero ella crece como su carrera profesional y asimila el pasado: “Dejar la escuela privada y terminar con eso fue sacarme una mochila. De muy chica supe que eran cosas a las que no les tenía que hacer caso”. De muy chica dice con 16 años. En experiencias, parece haber vivido lo que muchos no logran en el doble o tripe de años.
Hija única, con mamá Mariana atenta a lo que tenga que ver con la representación y con papá Carlos como entrenador, Paloma supo abrir la puerta para meterse al agua de forma literal. El año pasado pudieron estar en Villa Elisa (una localidad a
Para entender la magnitud de formar parte del Masters, valen los paralelismos; y ella misma lo explica: “Es más que un Mundial porque ahí es por equipos, acá te metes por tu ranking”. Esa marca que la puso en la elite la buscó viajando. Dejó buenos números en Estados Unidos, pero la competencia reclama marcas en distintos lagos y así fue que tuvo que viajar a Chile para ratificar su condición de deportista de elite.
Paloma encontró la contención en el Normal 3 luego de hacer un año de educación a distancia a través de un programa que provee el Ejército Nacional a personas que, como en su caso, deben viajar constantemente. Sí: el esquí acuático es un deporte que demanda horas de vuelo y mucho dinero. Solamente la lancha demanda unos 40 mil pesos mensuales de nafta y entre los dos subsidios no llega a los 20.