La doble vara de AFA, los dueños de Riestra y el negocio de las latitas
El debut de un streamer en el partido entre Riestra y Vélez expuso los negociados de AFA con un club que se maneja abiertamente como una SAD. La doble vara.
Por Andrés Caviglia
Pobre de mí. Pobre de todos los ilusos que todos los días nos despertamos y nos sometemos al disparate en el que se transformó el torneo que se desarrolla entre el espanto detrás del slogan “la liga de los campeones del mundo”. El hecho concreto es que estos dirigentes de AFA se sostienen, se escudan detrás de los títulos de la Selección. En otro escenario la mayoría no podría seguir en sus cargos.
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Nos acostumbramos a los arbitrajes que impulsan ascensos que nunca se hubiesen dado, nos acostumbramos a tener un diseño de competencia que cambia como cambia el color de cielo, nos acostumbramos a que se detengan los descensos en medio del torneo. ¿Nos acostumbramos a todo? O el trabajo fino de la estructura dirigencial nos domó a todos.
Ellos hacen porque los dejan hacer y porque aprendieron que el “Todo pasa” no es solo una frase sino un mandamiento de conducción tan arriesgado como implacable siempre y cuando los votos de Viamonte estén en tu bolsillo. Así fue con Grondona, así es con Tapia.
El fútbol argentino vivió una tarde de mínimo incómoda cuando el partido - que era seguido por todos los que pelean el campeonato- veía como Riestra le bajaba el precio a la seriedad del cotejo incluyendo entre los titulares a Iván Buhajeruk, conocido como Spreen, un popular streamer argentino entre los Sub 23 de toda Sudamerica.
El pibe que juega porque "vende latitas" y el dueño de Riestra
“Es un amigo de la casa, tiene un contrato, todos los chicos lo quieren por lo que hace. Como dijo el Ogro (Fabbiani, el DT) la otra vez, a nosotros nos paga una latita, así que... La verdad, si viene a sumar, bienvenido sea”, dijo Milton Céliz, el capitán del equipo de la marca Speed presidida por Fernando Salorio que cumple un rol que no es social.
El laburo de Salorio es el de poner la cara en lugar de Víctor Stinfale, el real gerenciador de la institución que apuesta a exponer su marca en Primera con el aval de un Tapia que también lo avala para jugar en un estadio que no cumple con la estructura que demanda el reglamento de AFA. Todo pelota, todo pasa, siga siga.
Spreen es un fenómeno en lo que hace y no tiene la culpa de haber tomado el lugar con el que sueñan millones y por el que pelean y dejan todo familias enteras en cada rincón del país. Ni siquiera tiene la culpa por no negarse o no tomar dimensión. Buhajeruk, que suma más de 15 millones de seguidores en sus redes es un hijo de la era de las métricas.
Tiene otro idioma y lo entiende perfecto, al igual que los dirigentes de Riestra que expusieron, con apenas 14 años, a Mateo Apolonio para quedar en la historia por ser el jugador más joven en debutar en el fútbol argentino. Esa noche de Copa Argentina el pibe no solo no tocó la pelota (al igual que Spreen que ni siquiera jugó un minuto) sino que no volvió a tocar Primera. Nunca más se habló de él.
La comunicación de los de Nueva Pompeya está manejada por otro pibe: Valentín Torres Erwerle, de 19 años y una fama en redes que creció por la calidad de sus hilos futboleros. Todo este piberio domina una pelota que no es la que el hincha, los socios y los protagonistas están acostumbrados. Por eso el rechazo, porque el fútbol en Argentina no es una publicidad, es un clima social, es un ecosistema que puede alterar el ritmo de un país. El fútbol es el lugar donde nacen los sueños y con los sueños no se jode.
La respuesta de Vélez al circo de Riestra
Brian Romero, el delantero de Vélez que pelea el campeonato y que antes peleó por su salud cuando un médico le dijo que no iba a poder jugar más, dijo al término del partido: “Hoy me tocó ver a un selectivo en la Villa Olímpica y los chicos se iban tristes porque no quedaban. Eso es el fútbol, intentarlo hasta el final, dejar a tu familia y viajar horas para jugar. Hoy mostramos un mensaje erróneo para los chicos que vienen de abajo. Desde mi punto de vista hoy me toca decir que ese no es el camino”.
Romero tiene razón desde todos los ángulos que se pueda analizar su declaración que se da dentro de un escenario donde la campaña de local es enorme (no perdió ninguno de los 10 partidos que jugó de local, donde ganó 7 de la mano de Fabbiani) y queda en segundo plano porque Riestra hace lo que quiere y no tiene como norte el debate sobre su rendimiento futbolístico y eso pasa porque Tapia – pese a su discurso – termina obrando como un auténtico impulsor de las SAD al permitir que, a cambio de publicidad, el sagrado fútbol argentino se exponga a esta clase de propaganda de custionable gusto a cambio de un vuelto.