El Rock and Roll Train del River de Gallardo: 11 días de gira, magia, lujuria y excesos de Copa
Marcelo Gallardo volvió a River y el aire que se respira es otro. Hay en el ambiente una sensación de voracidad que excita a propios y aturde a extraños.
Por Andrés Caviglia
Qué pedazo de técnico es Marcelo Gallardo. Eso sería todo lo que debiera escribir si no tuviese la exigencia de completar un concepto. Si esto fuera X (Twitter) estaría bien y recibiría unos 12 corazones, pero este asunto, este concepto Gallardo siendo el propio River (o River siendo el propio Gallardo) no se resuelve en pocas palabras porque incluye además lo inexplicable.
En ese escenario - donde embocar la palabra justa se vuelve un desafío- nos deja la vuelta del técnico que tiene su propia estatua en la sala del Estadio más imponente del país. En apenas un mes la ilusión se renovó de una forma tan veloz, tan voraz que, a la fecha, pareciera que Gallardo no se hubiese ido nunca.
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“Había poco tiempo para jugar y pensar. Contento porque completamos una semana redonda. La sensación de haber hecho un trabajo que culmina en esta serie durísima de Copa, pero con un clásico en el medio. La sensación es muy linda, es una sensación de felicidad”, dijo el técnico en zona de conferencias explicando parte del asunto. Si sus equipos no pueden jugar con brillo deben tener la intensidad necesaria para hacer sentir al rival que River es lo peor que les puede pasar en la vida.
En ese plan la primera víctima fue un jugador de élite mundial como Arturo Vidal que, en el chiquitaje es el centro de los memes, pero en la realidad fue el tipo que fue aplanado por la voracidad del mediocampo, por la severidad de los centrales y por el asfixiante desgaste de los delanteros. Vidal no es broma, fue “el De Paul” de Chile en las dos Copas Américas que la Roja le ganó a la Argentina de Messi de forma consecutiva, fue eje de Juventus, cacique en Barcelona y pieza clave en Bayern Múnich. Ayer ese tipo mordió el polvo Monumental.
El Rock and Roll Train de Gallardo suena fuerte como AC/ DC en 2009, te arrolla y tiene en la estación Núñez la mejor combinación para millonarios: gira, sensaciones mágicas, lujuria en clásicos y excesos en Copa. Así lo marcó el propio técnico que dejó su “no fue magia” en la conferencia y que de paso se anotó varios porotos para su colección de récords coperos : Sexta semifinal en nueve participaciones y un 71% de efectividad en mano a mano en las series donde él estuvo sentado en el banco del Más Monumental, perdón…del Monumental, que es más Monumental cuando él está ejecutando sus planes de gloria que excitan a los propios y aturden a los vecinos.