Murió Eduardo Flores: su historia de amor con Estudiantes
Por Mariano Quadrana
El jueves 20 de enero de 2022 será recordado como un día de mucha tristeza para la historia de Estudiantes. Una de sus leyendas, de aquellas que lo llevaron a la gloria en la época en la que marcó un antes y un después en el fútbol del continente, pasó a la inmortalidad. Se trata ni más ni menos que de Eduardo Flores.
El Bocha, un producto de pura cepa Albirroja, se formó desde chiquito con la camiseta de Estudiantes pegada a la piel. Socio desde los 6 años de edad, tuvo su debut en el primer equipo con 18 años en la temporada 1962, antes de pasar a formar parte de la legendaria ‘Tercera que Mata’ de la mano de Miguel Ignomiriello.
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Con Osvaldo Zubeldía al frente del equipo se ganaría rápidamente un lugar en el plantel superior, en donde sería una pieza fundamental en la década de mayor éxito deportivo en la historia de Estudiantes. Ayer, luego de una vida ligada al Pincha y a su La Plata natal, falleció a los 77 años de edad tras una cruel enfermedad.
“Yo tengo dos casas, una donde están mi señora y mis hijos, y la otra es Estudiantes. No hay una primera y una segunda, vivo en las dos”, dijo tiempo atrás revalidando su cariño por la institución. Hoy lo lloran esas dos familias, tanto la de sangre como la adoptiva, representada por todos los hinchas que alguna vez lo vieron o escucharon de sus conquistas.
Eduardo Flores y su paso por Estudiantes
El Bocha disputó 187 partidos y marcó 72 goles con la camiseta de Estudiantes entre 1962 y 1971. En el desglose por competencias jugó 162 encuentros en Primera División (65 goles) y 25 en copas internacionales (7 conquistas). Conquistó cinco títulos, más allá de que no tuvo minutos en las finales frente al Manchester United.
El destino lo dejó afuera de la definición de la Copa Intercontinental de 1968 por una lesión en su rodilla, pero el Bocha siempre fue reconocido como uno más de ese gran plantel, y con toda razón: en la Copa Libertadores que meses antes le permitió al Pincha llegar a esa histórica serie tuvo un rol fundamental.
Tres goles anotó en aquella copa, todos claves, todos para ganar: 1-0 en el Campín de Bogotá ante Millonarios, 1-0 frente a Independiente en la Segunda Fase y el 2-1 en la primera de las tres finales con Palmeiras. Además fue vital en las finales de 1969 ante Nacional, ya que marcó el único tanto en el 1-0 en el Centenario y abrió el segundo encuentro (2-0) en 1 y 55.
La carrera del Bocha después del Pincha
Después de una exitosa carrera en Estudiantes finalmente a mediados de 1971 decidió emigrar, en medio de una renovación que comenzaba a acentuarse en el club. El siguiente paso de su carrera estuvo en el fútbol francés, en donde pasó a vestir los colores del Nancy con muy buenas actuaciones.
Allí tuvo una gran primera temporada y luego una segunda campaña en la que las lesiones le jugaron una mala pasada. En total entre 1971 y 1973 completó 42 partidos y marcó 15 goles. Finalmente a mediados de 1973 pasó al Toulouse, por entonces en la segunda categoría, y disputó 22 PJ (12 goles) antes de colgar los botines.
El día después: Eduardo Flores, hincha y formador
Una vez que dejó la práctica activa del fútbol siempre encontró la manera de volver a Estudiantes. A veces fue como hincha pero también, durante mucho tiempo, como formador de juveniles. Uno de sus descubrimientos más conocidos fue el de Martín Palermo, a quien dirigió desde Novena y él ubicó como delantero de área.
En el Pincha, además de dedicarse a la enseñanza y a la formación, Eduardo Flores también tuvo la posibilidad de dirigir al plantel superior. Primero fue entre septiembre y octubre de 1986 a través de un interinato de tres encuentros, y más tarde fue entre noviembre de 1991 y abril de 1992 con otros 17 partidos dirigidos.