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Conocé el estadio de UNO: así luce la casa de Estudiantes

 

El tiempo es testigo del sacrificio que realizaron todos. Lágrimas, enojos, cientos de kilómetros y la desazón ilustran una historia que jamás será olvidada, la cual fundó a que socios, hinchas, jugadores y dirigentes dieron más de lo que alguna vez imaginaron por volver a su estadio. Aquel 28 de agosto de 2005, cuando

Estudiantes le ganó 1 a 0 Gimnasia, quedó grabado en la retina de cada uno de ellos ya que significó el último partido oficial que se jugó en el estadio Jorge Hirschi.

 

Los años pasaron. La política fue gran protagonista de enormes marchas y vigilias. El proyecto de remodelación cambió muchas veces. Los tablones pasaron a ser parte del museo y por mucho tiempo el descampado fue una imagen aterradora para cada protagonista Albirrojo. Pero no todo es para siempre, y a 5283 días de su última función, el estadio de 1 y 57 vuelve a funcionar. Y será mucho más que un estadio de fútbol.

 

 

Desde las 20hs los hinchas, socios, ex jugadores, jugadores, ex dirigentes y dirigentes vivirán un momento muy esperado al volver a ingresar a su estadio y a la espera del primer partido oficial nuevamente allí. Con una capacidad para 30.018 espectadores, Uno se transformó en una unidad de negocios con palcos que pueden ser usados como oficinas, con un Bar temático al ras del campo de juego y con un paseo comercial que le da vida al Bosque. Pero además tendrá vida diaria con un Polideportivo para 400 personas, una pileta y un gimnasio que integrarán a la comunidad.

 

1 y 57 ya cambió su fachada y se renovó. El paso del tiempo y las nuevas tecnologías lo transformaron en un estadio de avanzada, el primero en Argentina y único en el Mundo. El sistema híbrido del campo de juego, las certificaciones ambientales y sustentables, el sistema de sonido, las luces led y lo digital lo muestran diferente y como un modelo en este tipo de obras.

 

 

PRIMERO EN ARGENTINA:


Atrás quedaron las eternas y desgastantes marchas de miles de socios. Con ellas, quedaron las reuniones y disgustos de diferentes Comisiones Directivas, quienes encarnaron las discusiones y peleas con el entonces Intendente Julio Alak, y las ONG ambientalistas de turno.

 

Finalmente Estudiantes pudo construir en 1 y 55 y conservar parte de su identidad, quedándose con las tierras y presentando un proyecto ajustado al cuidado ambiental. Tal es así, que hoy el club cuenta con diferentes reconocimientos por su reducción en el impacto ambiental y en la reducción de los costos de funcionamiento.

 

 

 

PRIMERO EN EL MUNDO:


Los tiempos cambiaron y hoy Estudiantes presenta más que un estadio de fútbol. La obra responde a diferentes estándares, los cuales la potencian en Argentina y la llevan a instalarse en nivel Mundial. Tal es así, que el Banco Mundial aprobó la certificación EDGE, la cual fue aprobada tras constatar la reducción del 20% de reducción del consumo energético, del consumo del agua y de la energía incorporada por los materiales. 

 

Las tierras donde hoy está ensamblado el nuevo estadio Pincharrata fueron auditadas y certificadas por marcas internacionales, derribando aquellos mitos infundados de una gestión política que llevó a que el club midiera tierras en Ensenada.

 

 

Al fin y al cabo, el estadio Jorge Luís Hirschi se renovó y sigue emplazado en la zona geográfica que estuvo siempre, dándole parte fundante de la identidad al club. Pero hoy luce: luces led en su totalidad que le permite un ahorro en el consumo energético del 80 por ciento, calefones solares para el agua sanitaria y de vestuarios y cestos para clasificación de basura.

 

El Museo conservará gran parte de la historia de la institución y del viejo estadio, que supo ser escenario de memorables partidos. Pero los tiempos cambiaron y también el campo de juego, el cual presenta un sistema híbrido que combina el césped natural con el pasto sintético generando una mixtura.

 

 

HIRSCHI: UN ESTADIO MULTIPROPÓSITO:


Estudiantes festejó y sufrió en 1 y 57. Diferentes generaciones, las cuales estarán presentes en la reinauguración, pudieron festejar en su estadio la conquista de diferentes títulos. Pero otras, sufrieron allí la condena del descenso.

 

Después de varios años de trabajo y con más de 45 millones de dólares invertidos en obras, la gestión que preside Juan Sebastián Verón potenció diferentes espacios del estadio para generar unidades de negocio, reduciendo los gastos de funcionamiento y potenciando los ingresos.

 

 

El Bar temático, al ras del campo de juego y con terraza, es un ejemplo claro de los avances que presenta este estadio, respecto del anterior. Pero también lo son los palcos, los cuales podrán ser utilizados los días de semanas por sus propietarios como oficinas.

 

Calle 55 fue reconocida siempre como la tribuna de Estudiantes. Allí siempre se ubico su público pero hoy además será el punto de unión de la ciudad con el Bosque, con diferentes servicios como gastronomía, cajeros automáticos, drugstore y Pago Fácil.

 

 

POLIDEPORTIVO Y CULTURAL:

 

 

El Demo, parte sagrada de la historia de 1 y 57 y de varias camadas de futbolistas, ya no está en la geografía del estadio, como no lo están las canchas de Tenis ni diversos sectores.

 

La reapertura del estadio será también el regreso de varias disciplinas a su casa. El Polideportivo que se emplazó debajo de la platea de 115, y que cuenta con capacidad para 400 personas, será escenario de diferentes deportistas amateurs que allí desempeñarán sus actividades. Como lo serán la pileta olímpica sobre calle 57 y el gimnasio.

 

 

La lucha de cada socio, hincha, jugador y dirigentes por volver a su estadio fue principalmente identitaria. Gran parte de la historia del club está representada por todo lo que sucedió en este espacio.

 

Los murales y diferentes pinturas que se realizaron en diferentes sectores del renovado estadio dan cuenta de su rica historia y dejan en claro que la demolición del año 2007 y los más de 14 años de lucha por volver son parte fundante del mayor logro institucional del club.

 

 

 

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