Para comprender la dimensión de grandeza de Juan Gálvez, casi que alcanza con entender que, a 60 años de su muerte, todavía sigue siendo el dueño del mayor logro del automovilismo argentino: ser el máximo campeón del Turismo Carretera con nueve campeonatos que cualquier colega quisera tener en su poder.
ídolo indiscutido del automovilismo, Juan Gálvez estruja los corazones de los fanáticos cada 3 de marzo, fecha en un accidente en Olavarría terminó con su vida a los 47 años. Atrás quedaron miles de anécdotas, hazañas y momentos de exposición absoluta que solo los grandes ídolos populares pueden vivir.
Gálvez pasó a la inmortalidad luchando por un triunfo ante Dante, uno de los hermanos Emiliozzi, en la Vuelta de Olavarría cuando perdió el control de su auto en el Camino de los Chilenos. El Ford número 5 dio cinco tumbos, y terminó dentro de un campo y Juan, que no usaba cinturón de seguridad por temor a no poder desabrochárselo ante un incendio, salió despedido del habitáculo y falleció al pegar violentamente contra el piso.
En aquel triste incidente quedaron atrás 13 años de automovilismo con 145 carreras y 56 victorias que formaton parte de una cosecha digna de un distinto, Gálvez ganó los títulos de TC de los años 1949, 1950, 1951, 1952, 1955, 1956, 1957, 1958 y 1960 y detrás de él, como escoltas, quedaron “leyendas modernas” : Guillermo Ortelli con 7 estrellas y Juan María Traverso, con 6.
Quien en diciembre de 1941 escribiría las primeras páginas de su historia en las 1000 millas del Automóvil Club de Avellaneda – donde quedó detrás de un tal Juan Manuel Fangio – es también el líder la tabla de ganadores histórica nacional con las nombradas 56 victorias que lo ponen seis arriba de Roberto José Mouras y diez por sobre el Flaco Traverso. Entre tantas carreas y triunfos hay que contar cinco Grandes Premios que eran competiciones que duraban varios días y donde ganó 109 etapas.
Juan Gálvez nació en Buenos Aires pero las carreteras de la Provincia no lo olvidan ni lo olvidarán jamás, al igual que lo miles de fanáticos que lo recuerdan junto a su hermano Oscar con quien comenzó su camino por la más popular categoría del automovilismo argentino. Nacido el día de los enamorados de 1916, Juan fue el cuarto hijo de Marcelino Gálvez y María Orlando. Antes de “Cito”, como le decían cariñosamente, habían llegado Marcelino, Alejandro y Oscar, luego llego Roberto, en 1922.
“Esta es mi profesión. Mi trabajo. Correr exige un total dominio de uno mismo. Un estado físico perfecto. La menor falla en los reflejos puede ser una catástrofe… Además, tengo una responsabilidad. No se me perdona no ganar. Y en ocasiones, no me perdonan tampoco que gane…”, llegó a decir alguna vez.