El 26 de septiembre de 1994 falleció Miguel Ángel Lauri, y con él, el último de los cinco integrantes de una de las delanteras más recordadas de la historia, no solo en Estudiantes, ya que supo dejar una huella indeleble en todo el fútbol argentino.
La Flecha de Oro, como se lo conoció en sus tiempos de jugador, fue el puntero derecho de un equipo que marcó tendencia en los albores del profesionalismo, siendo subcampeón del último certamen amateur en 1930 y culminando en la tercera ubicación al año siguiente.
Con 86 años sobre sus espaldas, luego de haber nacido en Zárate un lejano 29 de agosto de 1908, uno de los delanteros más recordados del Pincha dijo adiós, dejando sin leyendas vivientes a una delantera que con el paso de los años ya había perdido a sus otros cuatro integrantes.
Enrique Guaita había sido el primero en irse. El Indio, ese habilidoso puntero izquierdo que llegó desde la pequeña localidad entrerriana de Lucas González, y luego brilló en la Roma y supo ser campeón del mundo jugando para Italia, tuvo un temprano deceso en mayo del año 1959.
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Varios años pasaron para que el inevitable paso del tiempo se cobrara otra víctima de aquel equipo que desde los números fue inigualable. Para muestra, en 1931 esa delantera fue la más goleadora, con 104 tantos en 34 partidos, de los cuales 33 fueron obra de su centrodelantero, Alberto Zozaya.
Don Padilla fue justamente el segundo en fallecer, el 17 de febrero de 1981, a los 72 años. También oriundo de Entre Ríos, pero en su caso de Urdinarrain, Zozaya supo ser el que más permaneció en el club en el tiempo, quedándose hasta 1939 y convirtiéndose en uno de los goleadores históricos de la institución.
Dos años más tarde el que dijo adiós fue Manuel Ferreira, Nolo para el mundo del fútbol, el 29 de julio de 1983. Oriundo de Trenque Lauquen, el famoso Piloto Olímpico del seleccionado argentino de 1928 dejó solos a Lauri y a Alejandro Scopelli, quien poco tiempo después siguió sus pasos.
El Conejo, el único oriundo de La Plata en aquel recordado frente de ataque, fue el siguiente en despedirse, el 29 de octubre de 1987. Lauri fue entonces el último de los cinco, y durante siete años más fue el emblema en carne viva de un pasado tan antiguo como recordado en el club.
El paso del tiempo cumplió con su inexorable ciclo, y un día como hoy pero hace 21 años, la Flecha de Oro se sumó a sus cuatro compañeros y pasó a la inmortalidad. Esa inmortalidad, sin embargo, ya se la había ganado mucho tiempo antes, cuando dio cátedra junto a los mejores Profesores.
