OPINIÓN

Coronavirus politizado: la inmunidad de Larreta y la ingenuidad de Perotti

En plena segunda ola de coronavirus, el gobernador de Santa Fe quiso probar un poco de la inmunidad de Horacio Rodríguez Larreta. No salió bien.

Las encuestas son un insumo que desvive a quienes transitan los pasillos de la política. Ya sea por amor u odio, credulidad o desprecio, los números que circulan en medios y en encuestas reservadas están siempre en las charlas de periodistas, funcionarios y todo aquel que se autopercibe miembro del "círculo rojo". Muchos son los que se preguntan por el curioso caso de Horacio Rodríguez Larreta: ¿Cómo puede ser que con los peores números de la pandemia por coronavirus en la Argentina, las encuestas lo muestren como líder de la oposición y siendo el político con mejor imagen positiva de los que ejercen cargos ejecutivos? La respuesta varía según el interlocutor.

El porteñocentrismo al palo otra vez está dominando las agendas públicas más preponderantes, atrasando el debate del futuro de nuestro país con su mirada centralista y que no contempla el ímpetu del vasto territorio argentino, el octavo más extenso del mundo.

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Y, casi sobra decirlo, el machaque constante de los medios contra cualquier medida de cuidado que implementen los gobiernos de la Nación o de la Provincia, incluso aquellas de probada efectividad en otros países que suelen utilizar como espejo en tantos otros parámetros.

La Ciudad de Buenos Aires es, por lejos, el distrito con más contagios de coronavirus por millón de habitantes de toda la Argentina. Mientras que la Provincia de Buenos Aires, con quien limita, tiene alrededor de 91 mil casos por millón de habitantes, el distrito que gobierna Horacio Rodríguez Larreta, tiene más de 234 mil casos por millón. Aún así, Larreta se mostró en el último mes como el principal detractor de las medidas de cuidado.

En paralelo, el debate por la educación le permitió a Larreta posicionarse como el principal opositor a la gestión de Alberto Fernández. Pero los números también muestran una contradicción entre lo que se dice y lo que se hace: el gobierno porteño ha vacunado, en porcentaje, menos docentes que el promedio nacional. La contracara se observa en el monitor público de vacunación que arroja 1,036,832 de dosis aplicadas en la Ciudad sobre una población de casi 3 millones de habitantes. Larreta fue quien más vacunas recibió en toda la Argentina en un contexto de escasez y aún así desprotegió a los docentes.

Este margen que el Jefe de Gobierno porteño ostenta para hacer política electoral en la pandemia se debe, en parte, al hiperpresidencialismo argentino que direcciona la mayoría de las broncas hacia la Casa Rosada. El propio Alberto Fernández decidió ocupar ese lugar y los gobernadores y el Jefe de Gobierno porteño hicieron gala de su histórico federalismo selectivo que solo se activa para pedir recursos al gobierno central y se apaga a la hora de tomar decisiones que prefieren delegar en la Casa Rosada.

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Coronavirus: Omar Perotti trató de seguir el modelo Larreta. Salió mal.

Coronavirus: Omar Perotti trató de seguir el modelo Larreta. Salió mal.

Quién intentó seguir los pasos de Larreta pese a formar parte del Frente que gobierna la Argentina fue Omar Perotti. "La presencialidad no tiene discusión en Santa Fe", lanzó el gobernador que se recostó sobre encuestas y en los intendentes de las principales ciudades de su provincia. Sin embargo, Perotti cayó en la trampa de querer ocupar el mismo lugar que Larreta y desoyó una ley no escrita: la responsabilidad de quien gobierna es directamente proporcional a la distancia en kilómetros con la Casa Rosada.

La ingenua aventura de Perotti tuvo vuelo corto: a pocos días de su desafío a la Rosada, las noticias sobre el colapso sanitario por coronavirus en las ciudades más importantes de Santa Fe inundaron los diarios porteños de alcance nacional en los que Larreta cosecha mucha más simpatía. A fin de cuentas, Perotti no deja de ser un peronista que integra el Frente de Todos.

Esos espejitos de colores y con luces de neón que encandilan desde la Capital Federal, deberían servir de alarma para que todos los gobernantes recuerden que están ahí para servir a sus vecinos, y no para recibir el beneplácito del coro de medios porteños que, con esta pandemia, evidencian aún más su recorte interesado, porteñocéntrico y fugaz.

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