Sociedad
CIENCIA E INGENIO

Científicos diseñaron un reactor con latas de conserva

El reactor químico permite convertir madera en carbón. Los científicos lo diseñaron con materiales caseros.

Científicos del Conicet diseñaron un horno que convierte madera en carbón en tiempo récord con dos latas de alimentos en conserva, una chapa mediana y tubos para chimeneas comunes.

Se trata de Pablo Arnal y Leonel Long, quienes a partir de su trabajo en el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC, CONICET-UNLP-CICPBA) lograron reemplazar el costoso equipamiento que se usa convencionalmente para este proceso.

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El desarrollo del sistema casero fue publicado días atrás en la prestigiosa revista científica Chemistry-Methods y fue posible gracias al ingenio del investigador y el becario que, según ellos mismos aseguran, “permite hacer buena ciencia sin importar los recursos que se dispongan”.

Dedicados al estudio de nuevos métodos de descontaminación de aguas, Arnal y Long tenían un problema recurrente: los altos costos para obtener carbón vegetal, material muy preciado en esa área de estudio. Fue en este marco que decidieron diseñar su propia “fábrica”.

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Imagen del carbón vegetal con microscopio de barrido (Foto: gentileza de los científicos - Conicet)

Imagen del carbón vegetal con microscopio de barrido (Foto: gentileza de los científicos - Conicet)

“El sistema del que hablamos sirve para convertir la biomasa, es decir, la energía que puede obtenerse de la materia orgánica, como por ejemplo el tronco de un árbol, sus hojas y restos de poda o de actividades agropecuarias e, incluso, los huesos de seres vivos, en carbón vegetal”, explica Arnal.

“Nosotros ponemos el foco en la madera, que tiene una estructura fascinante: parece un bloque sólido pero al observarla en microscopio se ven miles de canales longitudinales de distintos grosores por los que circula el agua, y gracias a eso el carbón que se genera con su combustión resulta tan interesante”, agrega.

Según detallan desde el Conicet, esta conversión se realiza normalmente en un laboratorio mediante un reactor químico que consiste en un horno tubular de vidrio de cuarzo que de un lado recibe un gas inerte –que puede ser argón, helio o nitrógeno–, ubicado dentro de un tambor que se calienta y en el que se inserta el material a carbonizar.

“El argón y el helio son carísimos y el proceso es muy complejo. Además, al final se obtiene apenas 1 gramo de carbón vegetal, algo que nos obliga a repetir el procedimiento varias veces si queremos hacer un estudio estadísticamente sólido”, relata Long.

En este sentido, los especialistas explican que el acotado volumen de carbón que se consigue condiciona las investigaciones que dependen de ese insumo. Con el dispositivo casero, en cambio, pueden producir 200 gramos de carbón con cada puesta en funcionamiento, a razón de 30 gramos por cada 100 de madera.

“Además de ser idéntico al material producido de manera tradicional pero multiplicado en varios órdenes de magnitud, presenta igual composición y comportamiento químico. Y esto lo validamos a través de ensayos de remoción de contaminantes en agua que funcionaron muy bien”, apunta Arnal.

“Nuestro sistema también permite intervenirlo, por ejemplo, aplicando distintos tratamientos a la madera antes de carbonizarla, como el agregado de sales para modificar las propiedades del carbón resultante, o incluso añadiéndole a posteriori compuestos químicos que le otorguen diferentes atributos”, agrega.

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