Un piquete en Chile es una oportunidad para Astillero Río Santiago
Una protesta de camioneros que mantiene cerrada la frontera entre Argentina y Chile, y que impide el paso de camiones argentinos desde Santa Cruz hacia Tierra del Fuego, se convierte de pronto en una oportunidad económica que genera expectativas 3 mil kilómetros al norte, en el Astillero Río Santiago. Una suerte de “efecto mariposa” que enciende esperanzas en Ensenada.
El paro es una suerte de represalia de los camioneros chilenos contra los piquetes que trabajadores argentinos alzaron en Neuquén y que les impiden alcanzar la frontera en ese punto. De rebote, Tierra del Fuego queda aislada del resto del territorio Argentino. Esto se debe a que la única forma en que el transporte terrestre puede ingresar desde el continente hacia la Isla Grande es atravesando territorio chileno, primero por la Ruta 257 y luego a bordo de un ferry que cruza el estrecho de Magallanes.
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Se trata de inconveniente logístico de envergadura que debería haberse subsanado desde hace un buen tiempo. Así lo explicó desde las redes sociales Martín Ayerbe, presidente del Foro Naval Argentino Hipólito Bouchard, quien recordó que ya en 2012 el Congreso de la Nación había sancionado una ley para lograr la integración física del territorio continental de la República Argentina con su territorio insular de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
La Ley 26.776 impulsada y promulgada por la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, determinó que se disponga la continuación de la Ruta 40 hacia Tierra del Fuego y que se establezca una conexión marítima a partir de buques “porta rodantes”, que debían unir las dos costas más próximas del Estrecho de Magallanes.
La distancia más corta es de 42 kilómetros entre Cabo Vírgenes y Cabo Espíritu Santo. En condiciones normales, un buque porta rodante podría realizar el circuito completo (carga, zarpada, navegación y descarga) en aproximadamente tres horas.
Si bien la Ley introducía plazos cortos (60 días) para la puesta en marcha del proyecto, no fue hasta 2015 en el que se tomaron medidas concretas. Fue el hoy gobernador bonaerense -entonces Ministro de Economía de la Nación- Axel Kicillof quien asignó 100 millones de dólares a un fideicomiso que tenía por objeto la construcción de esos buques.
El Foro Naval Argentino puso manos a la obra y pidió cotización a Astillero Río Santiago para la construcción de los dos buques necesarios, con las características particulares requeridas: doble casco, reforzados, reforzado para varadas estáticas, con capacidad de navegar a 18 nudos y cargar 55 camiones.
Los buques, de acuerdo a los planos a los que accedió este portal, tendrían una eslora total de 122.50 metros, una manga de 25 metros, con 9.1 metros de puntal y 6.2 metros de calado. Debería tener una tripulación de 50 personas y podría transportar hasta 440 pasajeros.
“En ese momento desde Astillero Río Santiago cotizaron 34 millones de dólares cada barco. Queda un tercio de los recursos asignados al fideicomiso para realizar las obras de acondicionamiento, que son llevar las rutas y alistar las playas, mediante la fabricación de pontones flotantes”, explicó a INFOCIELO Ayerbe.
Con presupuesto asignado y gestiones avanzadas, sólo resta que se exprese la voluntad política para resolver un problema que se planteó hace más de cuarenta años, durante el gobierno de Héctor Cámpora. Para Ayerbe, todo está en manos del gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, aliado al Gobierno.
“Melella tiene que conformar la empresa estatal de navegación y reclamar el dinero del fideicomiso. Luego realizar las gestiones pertinentes ante la Provincia para que se construyan los buques portarodantes y encarar las obras de acondicionamiento de rutas y puertos”, sostuvo Ayerbe respecto del mandatario fueguino.
La sola posibilidad es música para los oídos de las autoridades de ARS. Después de cuatro años de parálisis -a los que se sumó el efecto pandemia-, el Astillero Río Santiago retomó en los últimos meses un interesante ritmo de producción. Actualmente trabaja en reparaciones navales sobre tres pesqueros, la transformación de un buque multipropósito, las lanchas Lica y la terminación de los producteros venezolanos.
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