

La senadora de Juntos por el Cambio Gladys González relató una reveladora vivencia personal ocurrida pocos días después de la votación de 2018.
La sesión histórica del Senado que culminó con la aprobación del proyecto de acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo tuvo doce horas de discusión. Desde este 30 de diciembre, el aborto finalmente es legal en Argentina, tras una votación que dejó 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención.
En los discursos que precedieron a la instancia de votos que terminó alrededor de las 4 am de este miércoles, se destacó el fuerte mensaje de la senadora de Juntos por el Cambio, Gladys González, que hizo un duro llamado a la Iglesia católica y, como integrante de la misma, la instó a revisar sus posturas.
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La legisladora, que ya había votado en 2018 a favor del aborto legal, anticipó su voto en el recinto y relató una reveladora vivencia personal ocurrida días después de aquella votación que truncó la ley hace dos años atrás. "En el debate de ese año estaba embarazada de cuatro semanas de mi cuarto hijo", expuso Gladys González y agregó que "antes, durante y después del debate, no solo yo, sino todos los legisladores recibimos insultos y amenazas".
Conocida por su formación religiosa y por haberse expresado en contra del aborto legal antes de la votación de 2018, Gladys González reveló: "El 10 de agosto de 2018, dos días después de aquella votación, perdí mi embarazo. Y por un instante creí que Dios me había castigado por haber votado a favor del aborto legal".
Sin embargo, la senadora bonaerense aclaró que esa creencia duró "solo un segundo" y destacó: "Hoy podría repetir todas y cada una de las palabras que dije en aquella ocasión, podría hacerlo porque nada ha cambiado, porque nuestras mujeres pobres siguen muriendo por abortos clandestinos y a pesar de todo lo que fortalecimos el Estado aún no logra llegar antes, no logra salvar las dos vidas".
"El Dios en el que creo, no es un Dios que castiga, es un Dios que ama, que es amor, compasión, esperanza", dijo y preguntó: "¿Ustedes realmente creen que es cristiano condenar a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo? Yo no lo creo y no quiero hacerlo, no quiero criminalizar a las mujeres que siempre, siempre, están desesperadas, llenas de dudas y de tristeza cada vez que hay una mujer que decide interrumpir un embarazo".
"Hoy quiero preguntarle a mi Iglesia: ¿No será hora que hagamos una autocrítica? De que nos preguntemos ¿por qué tardamos tanto en entender la necesidad y la importancia de la educación sexual?; ¿No será hora de preguntarnos por qué nuestras mujeres católicas abortan?; ¿No será hora de mirarnos hacia adentro y preguntarnos qué estamos haciendo mal que el mundo se aleja cada vez más de nuestra fe y elije otras espiritualidades?; ¿Por qué queremos imponer por ley algo que no pudimos hacer por nuestras propias enseñanzas religiosas?. ¿Por qué queremos imponer castigo y criminalizar con la vara de nuestra religión, cuando no pudimos hacerlo con nuestra fe y nuestra oración para nuestros propios fieles?".
"De ninguna manera podemos querer imponer nuestra moralidad católica a todo el pueblo argentino y mucho menos podemos querer hacerlo cuando hemos fallado con nuestro propio precepto", siguió la legisladora. "Hermos fallado porque no logramos salvar la vida de ninguna mujer ni ninguna vida", continuó.
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