Agro
La misión de Kicillof

Tropiezos y avances en el plan del kirchnerismo para “enamorar” al campo a 11 años de la 125

El kirchnerismo necesita como el agua los votos del interior bonaerense para ser competitivo. Por eso mandó a Axel Kicillof a reunirse con productores agropecuarios de Bragado y de Salto. Qué dijo y qué le dijeron.

El 11 de marzo de 2008 es una fecha que quedó grabada a fuego en el kirchnerismo y marcó un antes y un después en la historia de la agropolítica argentina. El por entonces ministro de Economía Martín Lousteau anunció un esquema de retenciones móviles para la exportación de soja, que variaba de acuerdo al precio de este grano.

La famosa Resolución 125/2008 generó una brecha entre el sector K más duro y la cadena agropecuaria, que será muy difícil de cerrar. En esos días, la oleaginosa tributaba un 35%, en base a un esquema fijo de derechos de exportación, el dólar no superaba los 4 pesos, la soja se encaminaba hacia una cosecha de casi 47 millones de toneladas y en Chicago las pizarras volaban, con cotizaciones cercanas a los 600 dólares por tonelada.

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Once años después, el escenario político es diametralmente opuesto. La llegada de Mauricio Macri al poder marcó un “romance” entre el sector agroindustrial y el Gobierno, más allá de la actual coyuntura económica, que entre otras medidas obligó a la vuelta de las retenciones, tras haberlas eliminado por completo en 2015 para trigo, maíz y girasol y de manera parcial para la soja. Queda claro que las necesidades de caja trascienden las banderas políticas.

Estamos en año electoral y cada jugador de este volátil tablero de ajedrez que es la política argentina aprovecha al máximo cualquier resquicio. El ex ministro de economía Axel Kicillof, que ocupó el cargo entre 2013 y 2015 y suena como un posible candidato a gobernador bonaerense, se encuentra abocado a recomponer la desgastada relación entre los “k” y el sector agropecuario.

Una de sus paradas en este periplo fue Bragado, en donde a finales del pasado mes de febrero mantuvo un encuentro con representantes de la Sociedad Rural de esa localidad. Esto no cayó para nada bien en la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), que nuclea a las sociedades rurales de esas dos provincias. La orden bajó clara: solo los directivos de la entidad recibirán a candidatos en campaña.

La reunión en esta localidad de la cuarta sección fue una parada brava para el ex ministro, que recibió duros cuestionamientos, vinculados al desempeño de la ex presidenta Cristina Fernández en materia de políticas agropecuarias. El presidente de la Sociedad Rural de Bragado, Juan Carlos Falappa aún masculla bronca al recordar ese encuentro. “No respondió nada de lo que se preguntó, solamente buscaron rédito político” remarcó, ante una consulta de INFOCIELO.

En esa ocasión, los principales reclamos por parte de los ruralistas se centraron en lo que a su entender fue una oportunidad dilapidada, cuando allá por 2008 la soja cotizaba sobre los 600 dólares la tonelada. Desde su perspectiva, los ruralistas sostuvieron que no se hicieron obras acorde al monto del dinero recaudado en concepto de derechos de exportación durante la gestión kirchnerista. “Fue una reunión tensa, se hizo el encuentro para sacar una foto”, agregó el directivo.

Kicillof no solo fue interpelado por los directivos rurales, también escuchó fuertes reclamos por parte de los productores, que le echaron en cara los efectos que las retenciones causaron al momento de tomar decisiones de siembra.

Con este antecedente, el encuentro del ex ministro en Salto con integrantes de la filial de Federación Agraria Argentina, que se llevó a cabo el 9 de marzo, tuvo una instancia de negociación previa. “Por lo que pasó en Bragado, se acordó un encuentro sin fotos y con una agenda centrada en debatir temas agropecuarios, teniendo en cuenta la investidura de diputado de Kicillof”, reconocieron desde la filial.

Durante el encuentro, que se llevó a cabo en un clima de mayor tranquilidad, los federados expresaron su preocupación sobre temas como Ley de Semillas, arrendamientos y el estado de las pymes. “Cada uno expuso su postura con respeto” reconocieron.

En su cuenta de Twitter, el ex ministro de Economía resumió el espíritu de su visita. “En Salto coincidimos en que el campo no es homogéneo: las políticas para el agro tienen que ser segmentadas. No es lo mismo un pequeño productor que un pool de siembra”, sostuvo, muy en sintonía con la postura que los federados ante determinadas políticas nacionales en materia agro, como puede ser semillas, presión impositiva o derechos de exportación.

En su conjunto, el peronismo quiere “enamorar” al sector agropecuario. En territorio bonaerense, los legisladores opositores mantuvieron durante 2018 reuniones con distintos actores de la cadena agropecuaria, con el objetivo de escucharlos y acercar posiciones. Un claro ejemplo de esta situación se pudo ver cuando el ministerio de Agroindustria de Buenos Aires impulsó la ya derogada Resolución 246, que apuntaba a unificar la legislación en materia de aplicación de agroquímicos.

Así, más allá de la relación fluida entre el actual gobierno y el sector agropecuario, la oposición busca cualquier mínimo espacio como para recomponer la relación con la agroindustria argentina. En el caso de Kicillof, y con algunos sobresaltos como en Bragado, busca saber de primera mano cuales son las necesidades de los productores bonaerenses, para aceitar su vínculo con esta cadena de valor, de cara a una candidatura a Gobernador que por ahora solo es un rumor.

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